No mamen, hoy me pasó algo bien culero. Imagínense esto: estás así de chill en tu casa, a punto de hacerte unas palanqueadas bien maquiavélicas con videos de la burnice (la del juego ZZZ, o yo qué sé, mi CEL no jala para esos juegos y ni varo tengo), y que cuando quieres repetirle a la parte chingona del video, te sale un mendigo anuncio y le picas sin querer. Pues eso me pasó a mí.
La neta sí estuvo cagado, verán, porque se abrió una página bien rara, como de esas que te manda tu compa para hacerte una broma y luego te jode el celular. Pues eso mismo, pero aquí el pedo es que salió la cara de la pinche niña del aro y duró como un minuto o algo así. Tenía esas canciones que ponían en esos videos de creepypasta del 2012. Wey, se reinicia mi computadora y yo ya estaba así de "valió verga, me van a chingar". Luego vuelvo al escritorio de la PC y ahí, como si fuera creepypasta todo chafa, me sale una carpeta con un documento en Word (pinche Word) y que ahí tenía toda mi información personal, ya con eso me doxxean bien feo, le di clic al documento y había una frase escrita: "Vamos por ti".
La neta me valió madres, pues dije: "Nah, de seguro es una broma de algún wey". Y así lo dejé hasta que oí como un auto estacionarse cerca de mi casa. En eso me asomo a la ventana que está pegada a mi habitación...
¡NO MAMES, ERA UNA PINCHE CAMIONETA BLANCA TODA POLARIZADA!
De esas donde te suben y te dejan repartido en el norte del país. Ya me había empezado a incomodar por la situación. De esa camioneta se bajaron unos cabrones que parecían wachos, pero traían tenis (¡chingadamadre, traían tenis, wey!). Lo que más me preocupó y me hizo casi hacerme en los calzones fue que uno de esos vatos volteó a ver mi ventana. Vrg, cabrón, se dirigían a mi pinche puerta. Yo ya estaba corriendo sin pantalones a ponerle el seguro, pero demasiado tarde, me apuntan con el pinche cuerno de chivo y me dicen:
—¿Tú eres Arturo?
Y yo, qué les digo nervioso: —No, señor soldado, ese es mi vecino de al lado. Que me miran, luego se miran entre ellos y entonces me dicen:
—Una disculpa, chavo. Solo no le digas a nadie o también vendremos por ti.
Y se van en chinga a la casa de mi vecino. Pasaron como uno o dos minutos y qué salen esos weyes con mi vecino atado de manos. ¡Wey, se llevaron a mi vecino, xd!
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