El único consejo que puedo dar por experiencia respecto a las minas es este: nunca, jamás, admitas debilidad. Las mujeres aborrecen la debilidad. Si alguna vez te dicen que te quieren ver más vulnerable o emocional, es una trampa. Puede ser que lo digan de buena fe y esa sea su voz racional hablando, pero sus cerebros no funcionan así. El momento en que te vean como débil es el momento en el que te van a perder todo respeto.
Tener problemas está bien. Contarle a una mina de tus problemas está bien, mientras tengas extremo cuidado de nunca, en ningún momento, por ningún motivo y bajo ninguna circunstancia dar a entender que te superan. Si le contás un problema a una mina, dejale abundantemente claro que (a) está en el pasado y ya lo solucionaste, (b) sabés como solucionarlo, o (c) no te supera y estás en condiciones de solucionarlo.
Un poco relacionado a eso es el tema de la fuerza física. Un hombre tiene que ser fuerte, no hay otra. Y a las mujeres les gusta ver a un hombre ser fuerte, sobre todo en comparación a otros. Si te querés levantar a una mina, hay que ser un poco físico. Acá un ejemplo personal: una vez fui a una pileta pública con una amiga y su novio. En un momento, en joda, la levanto tipo princesita. Quedó ENCANTADA, y no paraba de pedirme que lo haga otra vez y que la levante y la lleve. A las minas les gusta sentirse dominadas, pero no inseguras.