>>121611
>no, esto no era un sueño... ¿o sí? La realidad es el misterio más grande que no tiene respuestas.
>luego de tantos espectáculos, por fin la niña habla para presentarse como Lucy, nombre no tan espectacular como el del mago de deseos, pero igual y cumple.
<Bariglaz
Oh, Lucy, Lucy, qué nombre tan encantador.
>se la nota en un estado entre lúcida y durmiente, inconsciente, tal vez la razón de que no haya salido corriendo cuando la realidad a tu alrededor comienza a quebrarse con trucos mágicos y demás. De todas formas la entidad se mantiene amigable como siempre, escuchando lo que menciona con una sonrisa dibujada en su cara pálida.
<Bariglaz
Por supuesto que puedo cumplir deseos, es mi trabajo. Podrías decir que soy un genio.
>posteriormente pide su deseo, algo absurdo que pediría un niño que no sabe nada sobre el mundo, todo normal. Él simplemente observa el lugar, le da hasta la espalda para mirar a su sirvienta monstruo pasar el plumero por el sitio y acomodar todo en el sucio ático, tiene la fuerza suficiente como para mover un auto pequeño así que no hay problemas. Entonces, luego de la pregunta, la entidad contesta con la misma tranquilidad de siempre y rostro alegre que ni siquiera la anda mirando a ella.
<Bariglaz
Pequeña chica, la paz es una ilusión, es imposible que algo tan utópico se haga realidad porque los mortales están infectados con la violencia, todos lo estamos. Pero la ilusión de la paz puede ser una realidad mediana si tienes el poder.
>sin mover las piernas se da la vuelta para ahora sí ver a su nueva ama.
<Bariglaz
Con el poder puedes obtener control, y con el control puedes llegar a una paz. Si todos temen tu poder, nadie irá en tu contra. La paz solo puede obtenerse mediante el miedo.
>demasiada charla para alguien que anda privada de sueño y que apenas ha salido del vientre, aunque el ente le comparte su punto de vista más "realista"; Si tienes bombas atómicas en mano, nadie va a ir en tu contra. La clave es y siempre será el poder.
<Bariglaz
Te puedo ofrecer poder, lo que hagas con él ya es cosa tuya. Te daré poder a cambio de pequeños recuerdos tuyos, nada importante, seguramente ni lo notes.
>la entidad entonces extiende su mano a la pequeña, esta misma mano brillando en dorado para un apretón, el máximo contrato que puede poner a este mundo de cabeza.
>en caso de que decida aceptar el contrato, las manos suben y bajan con el mago riendo entre dientes en una amplia sonrisa de blanca dentadura.
<Bariglaz
¡Perfecto! Buena inversión, pequeña Lucy. Estoy muy seguro de que no te vas a arrepentir.
>la soltaría para, con un movimiento de mano, hacer flotar la caja hasta los brazos de la chica.
<Bariglaz
Guarda eso bien, serás mi ama mientras la tengas en tu poder. Ahora preparados para la magia.
>Bariglaz aplaude dos veces, la luz del lugar se extingue hasta solamente quedar sus ojos brillantes que pronto también se apagan. Oscuridad absoluta, tampoco se escucha nada.
>las luces vuelven. Hace frío, la habitación ya no es un ático abandonado, sino que parece ser una sala de un médico de antaño iluminada apenas por velas y la pálida luz lunar que se cuela por una de las ventanas, también divisando que deben de andar en un segundo piso de una ciudad de la época victoriana.
<Bariglaz
Bienvenida al hospital.
>el ente anda sentado de piernas cruzadas en un sillón mirando a la chica sobre una camilla, atada de brazos y piernas y con cuero sobre su boca para que pueda morder porque el procedimiento no va a ser nada bonito. Al lado de Lucy hay un sujeto enmascarado midiendo las extremidades de la pequeña con una regla con símbolos extraños, nada tiene que ver con los números convencionales de su mundo.
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<Bariglaz
Este es Milcíades, un buen doctor.
<Milcíades
Tranquila pequeña, esto va a ser rápido pero debo advertir que va a doler. Lo siento, ojalá haber otra manera.
>su voz es muy lenta, su ropa manchada de sangre junto a su máscara blanca. En sus ojos se puede ver algo de pesar no por el procedimiento que va a ocurrir pronto, sino porque esta pobre alma estaba atrapada y no va a ser más que otro tentempié del Wishmaster.
>llegarían por la puertas dos mujeres idénticas, de una piel de color antinatural y con sus ojos cubiertos por tela. Enfermeras, enfermeras que huelen muy fuerte a químicos desconocidos porque no son más que cuerpos reanimados.
<Milcíades
Tráiganme la fórmula.
>las mujeres asienten, retirándose unos pocos momentos para luego regresar con un objeto con ellas en una bandeja de plata que se le es entregada al doctor. En sus manos una jeringa con un extraño líquido verde con esquirlas brillantes. Este aprieta un poco la misma para quitar el aire que no se necesita, de lo contrario mataría a la paciente.
<Milcíades
Cierra los ojos.
>sin mucho drama y siendo todo un profesional lleva la jeringa hacia el brazo de la chica, clava la misma en vena y vierte el líquido verde que quema como si le estuvieran metiendo magma líquido. De todas formas no puede hacer nada además de llorar o morder el cuero que cubre su boca. La marea verde se extiende por la sangre matando células, destruyendo y creando a la vez, aunque el dolor se acentúa demasiado una vez llega al corazón, tanto así que empuja al desmayo. Los demás en la sala simplemente andaban mirando este extraño espectáculo sin ningún problema.
<Bariglaz
Dulces sueños.
>y es así como la chica muere...
>...
>...
>...
>puede que horas, tal vez minutos o días, semanas incluso. Lucy abre los ojos por fin, recostada en una cama de sábanas blancas. Los alrededores son los mismos de ese ático viejo, solo que ahora no hay polvo y el aire está limpio, sin mencionar que todo está puesto en su sitio. Por allí anda Bariglaz sentado en una silla de madera mientras lee un periódico.
<Bariglaz
Buenos días dormilona. Seguro sientes el poder correr por tus venas, ¿no?
>sí, su sangre ahora era de color verde fluorescente, una pequeña desventaja cuando eres más rápido que un tren bala, tan fuerte como para parar un camión con las manos, tan resistente como para recibir disparos directos y tan vital como para regenerar partes del cuerpo perdidas. Harder, Better, Faster, Stronger. Lo único extraño es que su fisionomía sigue siendo la de una niña pequeña.
<Bariglaz
Ahora deberías comer, esos aumentos físicos no son baratos de mantener. Come mucha comida.
>¿esta niña no tiene padres que la anden buscando o algo? Por otro lado, la maid monstruo ya no estaba allí o ese doctor extraño y sus enfermeras, solamente son Lucy y Beriglaz, la caja descansando no muy lejos de la cama.