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>Jenna
Su expresión emocionada decayó ante la negativa de ver al desolado bosque recuperar su vieja gloria.
-... Bueno, ¿Hay algo que puedas hacer? --
Preguntó con cara de poker y sin tacto alguno-- Oh, lo siento, es que no conozco a ningún otro espíritu, así que lo único que sé de ellos son fábulas. Supuestamente se encargan de proteger la faena, ¿Es verdad o...?
Parecía estar perdiendo el interés de forma exponencial mientras más preguntas quedaban en nada, debería ser ilegal para los seres mágicos ser tan aburridos es lo que pasaba por su mente.
>
-Eeeh, ¿Tu energía vital? Eso... ¿No te duele o algo? --
Parecía cada vez más asqueada con la situación, antes de que su expresión se encendiera de repente-- ¡Oh! Entonces, ¿Puedes usar tu mana para hacer hechizos?
Ya casi podía sentir la consecuente decepción, aunque sus ojitos azules solo emanaban esperanza.
>La verdad es que crecimos del mismo árbol. Somos criaturas nacidas de una misma raíz en una tierra lejana
-Ah, ¿Eres mitad bicho? Supongo que eso explica la altura... --
Mencionó mientras dejaba su palma encima de Hein para medirlo-- Hmm, aun así, no tienes una apariencia asquerosa, en vez de verte como un insecto, te ves como un peluchito.
Igual decidió que el bicho se merecía ser tratado así, viendo como las niñas le hacían caras al pasar por el pueblo, le sacó el guante al despistado de Izu para ponerlo al extremo de la vaina de su Espada, y lo extendió hacia el insecto para acariciar su melena, o, lo más cercano al gesto que podía permitirse.
...
Se sentó en la mesa junto a Izu, ruborizada por sentirse como una niña luego del trato amable que le dio la anciana tras su primera impresión al llegar al Bar. No entendía la idea de que esta comida pudiera ser para nobles, ellos no tienen control sobre el mar y ella vivió con un padre marinero toda su vida --literalmente a lado del mar-- desde su pueblo salían barcos que transportaban pescados y arenques de variados colores y tamaños a varios puertos del continente a mar abierto, la pesca era básicamente el centro de su economía, por lo que el pescado ahumado era una comida a la que estaba acostumbrada. Fue tonto de su parte quizás el asumir que tenían algo así tan lejos del agua, pero al parecer estaba de suerte hoy.
-¡Gracias por la comida! --
Pronunció casi babeándose encima.
Lo que sí le molestó fue ver a una chica ponerse de intensa con Izu cuando ella estaba justo a lado de él, ¿Acaso no asumió que venían juntos? Se cruzó de brazos, apunto de empujarla con su pie antes de que Izu la alejara por cuenta propia.
>Disculpen a mi trabajadora. Es algo amigable, diría que pasada de amigable
>No se preocupe. Se siente bien que lo traten de esa manera. Pero creo que ella solo estaba desempeñando su labor
-¿¡Eeh?! No recuerdo que hayas pedido "ese" tipo de servicio, Izu. --
Su dedo índice caía sobre la madera de la mesa creando un ritmo de reloj, levantando la ceja derecha de forma inquisitiva-- Bueno, ¡De seguro podrá encontrar otra mesa con un chico solitario al que engatusar! Parece una chica agradable.
Bueno, más allá de ese pequeño inconveniente, el resto de la tarde tuvo un buen momento al menos, el mal sabor de boca fue reemplazado por el enorme pedazo de carne que le arrancó al pescado de un solo mordisco, el aroma y sabor salado subiendo hasta sus fosas nasales, sus mejillas infladas bajaban y subían mientras tragaba para volver a atorarse con otro pedazo de pescado, definitivamente no parecía una señorita de la nobleza por como estaba devorando al pobre animal como si fuera una bestia salvaje, el resto de su conversación sobre Izu y su pasado pasó a segundo plano, y se perdió el momento en el que Hein pide ir al baño durante ese poco estético momento de desenfreno hambriento.
>jamás fue mi mentor... Sin embargo, lo reté en retiradas ocasiones que sin darnos cuenta él me terminó enseñando todo lo que sé sobre la espada
-Oh, entonshes *munch* *munch* shi fee tiu maetro, de shierta foma.
Le parecía adorable imaginarse a un pequeño Izu retando a un hombre mayor a una pelea, e hilarante que el hombre dijera que sí y lo haya atacado a matar, "Yo habría ganado" fue lo primero que paso por su mente sin embargo, el resto de sus palabras se perdieron en la carnicería que se estaba dando lugar ahora mismo.
>Yo emprendí este viaje por el amor
Sus muslos se cerraron suavemente, sentándose como una señorita por primera vez mientras lo miraba con una cara indescifrable, parpadeando un par de veces... Aunque su boca sucia con comida le quitaba las ganas de mirarla a cualquiera.
-Uuyyy, *munch* *munch* ¿Uhn amhor, eh? ¿Quien esh la afortu'ada? --
Preguntó en un tono jocoso, el aceite del pescado y varios migas de pan cubriendo sus labios, se tomaba su tiempo entre palabras para seguir masticando-- ¿Eshtá... *munch* munch*... Está encerrada en un castillo resguardado por un dragón o algo así?
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Seguía picando los huesos del pescado con sus uñas al ver que sus utensilios ya no podían sacar lo poco que quedaba de carne en ellos.
-Yo emprendí este viaje para... Hmmm... ¿Para que fué? --Apoyo su mentón sobre la mano, su codo sosteniendo la mirada de Jenna hacia adelante a la par que su expresión de antes cambiaba a una intriga-- Supongo que fue para encontrar a alguien importante para mí... Me abandonó hace mucho tiempo, para ir a perseguir una reliquia tan vieja como el mundo que habitamos, y quiero saber qué ocurrió con él... Lo único que me dejó fue un boceto de su destino, pero no puedo reconocer el lugar, nadie en mi pueblo podía ubicarlo en un mapa y hasta ahora... No he encontrado a nadie que siquiera haya oído sobre estas cosas siquiera, así que, aquí estoy...
Un silencio se asentó entre ellos por unos momentos, aprovechó para secarse la boca antes de volver a hablar con más animo que antes.
-Oh, ¡Y también quiero matar a una bruja! --Aseguró con una mirada llena de luz, sus ojos celestes ofreciendo un vistazo a un cielo libre de nubes.
Luego de 1 hora, en el que pidió otro pescado ahumado al que devorar horriblemente como antes para pasar el rato, poco a poco se fueron dando cuenta de que el tipo con el que llegaron al pueblo quizás no tenía intención de devolverles el favor de haberlo traído allí.
>¡Esto es terrible!...
Sostuvo el puente de su nariz entre los dedos.
-Uuuuuugh--... En serio, ese tipo no era ningún espíritu, era un duende, de esos que roban bragas y medias...
Siguió recostando su mentón sobre su mano al mismo tiempo que observa a Izu acercarse a la señora para pagar la cuenta de lo que habían almorzado, lo iba a dejar hacerlo hasta que vio como sacó una moneda de platino... De hecho, no estaba tan seguro de que lo era, solo había oído de esas cosas en las historias que contaban los marineros pero nunca había visto una, se acercó para ver la moneda desde detrás de él, limpiando sus labios con un pañuelo a la par que observaba como la moneda reflejaba la luz del sol, sus ojos brillando con igual de intensidad.
-Wooow~... En serio, ¿Te escapaste de un cuento o algo así? Eres muy raro. --Le mencionó con júbilo al poder haber visto algo tan extraño-- Bueno, lamento muchísimo los problemas Señora. Si encuentro a ese pequeño duende, lo obligare a disculparse con usted.
Luego de haber pasado por las puertas de la taberna hacia afuera, encorvó la espalda un poco al estirarse, demostrando la flexibilidad de un gasto antes de volver a erguirse.
-Parece que ese bicho ya se había escapado desde mucho antes que nos diéramos cuenta de que se había ido, supongo que no lo veremos más... --Enrollo uno de sus mechones rubios alrededor de su dedo, pensando en que es lo que debería hacer ahora, hasta que rompió el silenció con un chasquido de dedos-- ¡Muy bien! Todavía tengo mucho camino que recorrer, no hay muchos lugares en los que hayan oído de las Regalías así que...
Lentamente movió la cabeza hasta apuntar al gremio.
-Jum, de seguro debe haber algún aventurero que tenga algo de información.
Y también tenía que ganar dinero de alguna forma, lo que tenía ahora mismo no le iba a durar todo el mes, así que al menos podía matar dos pájaros de un tiro. Todavía era muy temprano como para pagarse una posada donde pasar la noche de todas formas.