Veintidós años atras en la final nacional de 3000 metros, una joven musume llamada Midsummer batió récords y rebatio las apuestas. Aterrizando en la meta con tanta insultante ventaja que hizo parecer lento cualquier récord olímpico hasta la fecha. Mindsummer cruzó la meta y misteriosamente al día siguiente se retiro. Desde entonces, su nombre se volvió sinónimo de tabú. Ninguna ha roto su récord. Pero cada generación lo intenta. Ese intento llamado Solsticio Sprint no es oficial. Se corre solo una vez al año, de noche, sin cámaras, en un circuito rodeado de glicinas que ninguna musume ha terminado sin sangre en las rodillas y lágrimas en los ojos. Sólo unas pocas escuelas participan. Solo si han demostrado dignidad, temple y una historia que valga la pena contar. Shingetsu Jogakuin, un instituto hechado a menos al sur del país, ha sido sede del Solsticio desde que existe. Desafortunadamente este año su equipo está quebrado. Una capitana que no confía en sí misma. Una velocista con pánico escénico. Una genio que corre sólo para que su padre deje de menospreciarla Una chica-talento que necesita el aplauso más que el oxígeno. Y ustedes, las rookies. Sin medallas, sin pasado. Y quizá con la fuerza para cambiar la forma en que se mide la velocidad. >Nombre >Edad >Historia >Tira dado de cien caritas