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Nombre
Corvin Vaelen.
Edad
14 Años.
Descripción
Un muchacho alto, su piel un tono fantasmal, su cabello sedoso de color carbón, llega hasta sus hombros y se le nota el esmero en verse perfecto, ojos de color esmeralda. Suele llevar túnicas que le dan una apariencia fúnebre y suele ahuyentar a las personas debido a lo supersticioso de su pueblo, lo que probablemente sea su objetivo. Su vestimenta suele mezclar el verde con el negro.
Personalidad
Es taciturno, de léxico elegante, bien educado y aun así, reacio a la interacción social, en especial con personas de su edad. En su soledad, siempre arrastra detrás de él una nube de melancolía que los mas viejos dentro del pueblo entienden en solidaridad silenciosa, y que los de su misma edad ven con malos ojos, o era demasiado extraño para acercársele, o le caían mal por ver su actitud como pretencioso o arrogante, y en cambio al joven muchacho le espantan los juegos físicos, y los temas sencillos o "simples" de los que suelen hablar, y lo invade la frustración de poder estar haciendo mejor uso de su tiempo.
En presencia de otras personas, siempre va directo al grano, y suele mostrarse indiferente ante temas como su reputación, las supersticiones o temas que no sean relevantes a sus intereses personales. Siempre se ha mostrado interesado en la herbología, la composición de los seres vivos, los fenómenos naturales, la energía vital dentro de todos, todo lo que los demás tildarían de "magia" de forma arbitraria, le lastima el uso tan desmedido y descuidado de la palabra a tal punto de que prefiere no usarla. Su mayor sueño es adquirir el conocimiento y el poder que le permita eliminar todas las enfermedades de la faz de la tierra y forjar un camino para que el resto de la humanidad puedan obtener lo que deseen, por más tonto o insignificante que esos sueños puedan ser en los ojos de otros, a través de adquirir el conocimiento necesario.
Ese vendría a ser su máxima contradicción; Odia a las personas y se aísla a si mismo de los demás, siendo amigo solamente de los cuervos y los insectos que investiga, pero siempre ha sido movido por su corazón más que por su mente, y este lo ha lleva a ayudar a los demás sin ser demasiado consciente de ello.
Los mayores --y menos prejuiciosos-- suelen ir con él primero cuando sienten dolores inexplicables, pues no está en su naturaleza ahuyentar a la gente que requiere ayuda, y usualmente acierta en sus conjeturas gracias a su tutelaje bajo el anterior Doctor del pueblo, y las veces que no lo hace, siempre acierta con su segunda opinión. A través de su conocimiento en medicina y alquimia es que se ha mantenido en el pueblo por tanto tiempo, a pesar de su actitud y soledad elegida.
Su ambición es grande, y su falta de prejuicios respecto a la hora de investigar lo que desconoce podría llevarlo a salir de su Aldea, pero confundir su mente abierta respecto a la naturaleza y lo espiritual con ingenuidad será el último error de quien deseara aprovecharse de él, pues es receloso del corazón humano y su naturaleza traicionera e ignorante, el propio Corvin siendo profundamente familiar con su corazón rencoroso e iracundo, lo que también sirve para excusar su actitud solitaria.
Historia
Todo lo que conoce es su abuelo y la Aldea Senda en donde ha vivido toda su vida, su relación con él siempre ha sido tosca y difícil, raramente lo escucha hablar, jamás se han abrazado, y aun así insiste en que tiene cariño por él, pero no lo expresaba a través del contacto físico, sino a través de todo el conocimiento que le heredó. Lo seguía a todas partes, y este siempre le daba una explicación a todas sus dudas, todos los días era una lección nueva y algo más que estudiar, por ello, le debe todo. Aunque por culpa suya, también es un poco mimado.
Corvin solía tener también a otra persona, una niña con la que se crió, su personalidad era el perfecto contraste a la suya y aun así siempre estaban juntos, la luna persiguiendo el sol. Ella era sociable y paciente donde él era insensible, pero también ingenua y complaciente donde él era estricto y disciplinado. Se necesitaban del uno al otro.
El primero lo dejó luego de una tos que no pudo explicarse, probablemente relacionado con la edad, lo dejó destrozado, a causa de su poca experiencia no pudo aferrarse a él un poco más.
La segunda... Desapareció una noche en el bosque, luego de haberle hablado sobre hadas y espíritus que buscaban de la ayuda del joven Corvin y ella, pero no le creyó en su momento, y la última vez que ella le sonrió fue la última vez que salió el sol.
Ahora solo tiene sus libros, y su sentimiento de impotencia y rabia que lo carcome por dentro, llenándolo de pensamientos oscuros que sirven de combustible para su más grande sueño
Físico: 0
Espíritu: 3
Ingenio: 3