PARA BELL'
Después de un par de días... Dentro de una de las casa.
Lorelei tiende a tener todos los días muy ocupados, a excepción de en los que ella decide que sí o sí estará libre y ni miles de Fleijas le harán cambiar de opinión. En días como esos, tanto el personal, cómo Reiwa y Heisei, deben ocuparse en solitario de todas las necesidades de los huérfanos... Claro, aún tienen una línea privada directo a su cabeza por si las cosas se llegan a salir de control.
En todo caso, este es uno de los días que decidió tenerlo libre. Después de la fiesta de su madre para con sus huérfanos y otros infantes, y de que ella misma terminara de ayudar a un par de rubios tanto como pudiese, deben ir a dónde acordaron... Mientras tanto Lorelei decide su ropa, despertándose tarde cómo acostumbra en esos días, su madre podía bien adelantarse a su casa.
Ahí, sin más, ella es recibida en frente de la puerta por dos gatos, uno negro y otro blanco, que maullan delante de ella, y le lanzan miradas como si le analizaran mientras le rodean, lo que haría cualquier gato, hasta que sin esperar a nada, toman otra forma.
—Bienvenida sea, a la casa de Acuario creo... Mi nombre es Nene, una de las guardianas de esta casa en ausencia de nuestra señora.
—Bienvenida sea, a la casa de Acuario... Mi nombre es Nana, una de las guardianas de esta casa en ausencia de nuestra señora.
Las dos gatas dicen al unísono la primera parte, antes de presentarse ambas por sus nombres, Nene siendo la negro con ojos rojos, y Momo la blanca con heterocromía.
Aunque sean buenas para la actuación y para jugar con sus visitantes o víctimas tal y cómo unos gatos harían, Lorelei les tiene prohibido hacer eso, sus órdenes son ir al punto y guiar a cualquier persona o criatura indefensa que por X o Y llegaran ahí. O en caso sean hostiles, neutralizarlas, ya que aunque sea fuerte, ya pasó mucho tiempo, ahora prefiere hablar, ya que alguien tiene que ser el maduro en la conversación.
—De una altura de mucho más de 2 metros, siendo una mujer de tez pálida, cabello negro y silueta prominente, intuímos que es la madre de nuestra señora, Lorelei...
—Además de su aura casi idéntica en comparación a la suya, al menos una mitad de ella debo remarcar. Señora Bobary, le hemos estado esperando, por aquí, por favor...
Siempre habla primero la oscura y termina la clara, como si ya lo hubieran ensayado o si simplemente supieran lo que la otra va a decir antes de que lo diga siquiera... Con un ademán de su mano, ambas invitan a la madre de su creadora a la casa. Sin embargo, lo más resaltante sólo sería que dentro y fuera, tiene un ciclo de día y noche, estando en ese momento, en un alba que en lugar de ser naranja, es azul... El único decorado que ofrece su hija.
El exterior es cómo cualquier otra de las casas. Después de cruzadas la puerta y las escaleras que obviamente son de un tamaño que cualquier persona normal podría usar, por lo que probablemente Bobary debe de subir varios de ellos en un sólo paso, ambas le llevan en su forma humana a la sala, en dónde hay varias puertas...
—Esta es la sala de estar para los invitados, sean los más vulgares humanos o la propia sangre de nuestra señora...
—Un reflejo de su personalidad, mide a todos con la misma vara, o podemos llamarla espada... Tome asiento.
Ambas se quedan calladas luego de eso, esperando recibir cualquier petición que tenga la Madame con respecto a su estadía, que no ha de pasar los 15 minutos en lo que termina de cambiarse.
—Si no hay nada en que podamos ayudarle, ¿Podemos ofrecerle tema de conversación? Cualquier duda que tenga será respondida con sinceridad si no interfiere con las órdenes de nuestra señora. No se preocupe, no es alguien que guste de hacer esperar a sus invitados. —Nene termina de preparar las cosas en caso sí tuviera algo en mente la Madame.
—Eso mismo. Si me disculpa el atrevimiento, hace aproximadamente 20 años, dos meses, una semana, 1 día, 22 horas, 34 minutos y 56 segundos... Nos encontramos por primera vez en el banquete que ascendió a nuestra señora a esta posición.
En el banquete mentado, específicamente en la cena, ambas fuimos creadas con prisas por nuestra señora, para ser degustadas por sus congéneres... Cómo sabrá, estábamos muertas debido a eso, ¿Qué le parecimos en cuanto a calidad de platillo?
Pregunta la gata blanca, parada a un lado de la puerta por la que antes entraron. Ambas teniendo un cuerpo delgado y ágil, escondiendo sus orejas y colas de gato. El tono de ambas es el más formal que podría haber, y tienen sus palabras bien cuidadas, pero de forma que cualquiera pueda entender.
—Oh... Eso mismo. Nuestra señora nos contó personalmente dicho evento, desde el principio hasta el final, alegando que era lo mínimo que podía hacer ya que morimos por su causa. —Después de la explicación y pregunta de Nana, Nene, la negra, añade para agregar sentido.
—No buscamos humillar a nuestra señora de ninguna forma. Pero nunca nos contó acerca de las opiniones, así que en caso vuelva a ocurrir, queremos prepararnos. —Nana concluye con su tono neutral y deja de hablar.
–Precisamente, somos sus primeras creaciones, por ende, las más experimentadas y protegemos su orgullo, el cual no queremos marchar, ¿Qué mejor opinión que la de su propia madre? —Nene es más risueña que la otra, en todo caso, dejan que Bobary piense si responderles o no.
Aceptando cualquier respuesta que les fuese a dar, ambas gatas se arrodillan en cuanto escuchan que una de las puertas, la central, situada al lado opuesto de la entrada, se abre, revelando, cómo no podía ser de otra forma, a su señora. Que observa a su madre...
—Perdón por la demora, me quedé dormida por buscar archivos toda la noche de una masacre. Nada importante, ¿Pasó algo, Nana, Nene?[Expand Post]
—Nada más que su señora madre está aquí presente, no ha dado el tiempo de acontecer más cosas. —Nene le responde señalando a su madre.
—Precisamente, sólo hablamos un poco en su ausencia, fuera de eso... Usted pasa, se ve hermosa, debo decir. —Nana termina de dar el reporte.
—Sí, sí, lo que digas, no les daré más leche por halagarme... En todo caso, quedan a cargo de cuidar la casa en lo que vuelvo, si alguien llama, no estoy, ¿Entendido?
Y por el amor de Dios no digan que yo digo que no estoy.
Les termina de dar las últimas ordenes a ambas, a las cuales tuvo la gentileza de traer devuelta a la vida luego de que las mandara a morir siendo niñas, no es que cambiaran mucho, y tampoco es que dejen de ser parte de ella, pero de igual forma, se sintió mal el matarlas.
Después de un "¿Nos vamos?" Hacia su madre, ambas parten hacia su destino, un enorme hotel, el original, debido a que luego se creó una cadena. Ahí es donde Jefferson se encuentra, quien probablemente ya deba llamarse padre de héroes, por ser todos sus descendientes el máximo exponente de "calidad" en cuanto a resultados.
De un viaje de portales, ambas logran estar justo en frente de las puertas del hotel, hay personas de todo tipo en una ciudad que tenía el clima invernal, muchas limusinas iban y venían, al igual que los botones... El hotel era de prestigio, como se podía suponer, y la entrada, estaba cubierta de una alfombra roja, para que todos sus inquilinos sepan de lo que están hechos al poner un pie ahí.
—Buenas noches... Soy Wendolyn Scott Crannell, hagan el favor de seguirle. Lamento decirlo, pero su sola presencia podría incomodar al resto de clientes... ¿Buscan a mi padre, no es así?
Una mujer de cabellos blancos y un traje azul les dice a ambas y les piden que le sigan, probablemente a una sala privada, lejos de todas las responsabilidades que manejar un hotel de ese calibre implica. Esa mujer, es actualmente la cabeza de toda la familia Crannell, siendo también hija directa, y "legítima" de Jefferson, la anterior cabeza.
Lo anterior a la escena del Hotel era para narra lo de tu ciudad de comercio que no me acuerdo como se llama ahora kek.