Aquí William, Op, al final si voy a cambiar de mono, espero que te guste este nuevo. kek
>Nombre
Duncan LeRae
>Edad 20
>sexo Hombre.
>Apariencia
Viste con la ropa clasica de un bufón, la cual se encuentra desgastada y sucia, con multiples parches alrededor de ella. todo esto lo acompaña con una mascara blanca, que oculta un rostro deformado por las terribles cicatrices que obtuvo en un incendio. Además de eso, es sumamente delgado, casi como un esqueleto o alguien al borde de una anemia.
>Metas
Ninguna, es un hombre roto.
>Clase
Rufian
>Religión
Ninguna, es un hombre sin fé.
>stats
Vitalidad: 5
Fuerza: 5
Agilidad: 5 + 5 = 10
Conocimiento/ Intelecto: 5
Fe: 5
Carisma: 5 + 10 = 15
Resistencia: 5 +5 = 10
Suerte: 0
>Historia
Duncan desde su niñez fue un bueno para nada, solo preocupado por si mismo. Es por esto que durante su juventud, sin oficio ni beneficio, Duncan se dedicó a vagar sin rumbo alguno, conociendo a mucha gente en el camino, gente buena y mala por igual para quienes tuvo que hacer cosas buenas y malas, tal vez a veces más malas que buenas. Lo único constante en los viajes de Duncan, fue su amargo y sarcástico sentido del humor y labia excepcional con los cuales pudo librarse de bastante problemas a lo largo de sus viajes. Es impresionante lo que una persona puede pasar por alto solo con las palabras adecuadas. Los viajes del joven y su personalidad lo llevaron a encontrarse con un tal Edward LeRae, un acaudalado hombre de negocios, con un buen corazón que, conmovido por las historias, cuentos, fabulos y chistes de Duncan, le ofreció un trabajo dentro de su mansión como el bufón de la familia. Los LeRae constaban de 5 miembros, Edward, el padre. Melody, la madre. Erik, el hijo mayor, Claus, el de enmedio y con quién Duncan formó una gran amistad hasta el punto de que ambos eran fieles compañeros de copas, y Emilia, una chica de 19 recien cumplidos, la hija más joven de la familia y con quién pronto, Duncan empezaría una relación amorosa. Todo parecía ir bien ahora en la vida de Duncan, quién hasta en ese entonces no tenía apellido alguno. Un día, Claus llegó con el contandole de un problema con dos sujetos de dudosa fama de un pueblo cercano a la mansión, un pueblo cuyo nombre Duncan no puede recordar. Ambos fueron a hablar con dichos sujetos pero las cosas se pusieron feas, ellos los atacaron y Claus, en un ataque de panico, terminó encajandole una espada de la familia en el abdomen a uno de esos dos sujetos. Tanto Duncan como Claus escaparon, pero solo era cuestión de tiempo antes de que hubiera consecuencias por lo que hicieron. Una noche, mientras Duncan dormía con la hermosa Emilia, el olor a humo los despertó, la historia entonces se vuelve confusa para Duncan, quién solo recuerda un inmenso dolor en el rostro que le hacía vivir el infierno en vida mientras yacía frente a una gran casa en llamas. Es entonces que Duncan, ahora habiendo tomado el apellido de su difunta familia, se dedica a vagar de nuevo por el mundo sin un proposito por el cual vivir, completamente rendido ante la bebida...