>>94461 Guardo cupo ya tiro ficha mas tarde

>>94468 Oke.

>>94488 Oke :^(

>>94461 >Nombre: Jinbei. Su apodo es Jinbei >Edad: 20 >Sexo: Hombre. >Apariencia: Pic. Mide 1'70 mts. >Armas: Solo usa su katana, la cual su padre la hizo especialmente para el. >Historia: Jinbei Hata nació en un pequeño pueblo en Japón. Desde una edad temprana, mostró habilidades excepcionales en el manejo de la katana. Fue entrenado por su tío, quien era un renombrado samurai y maestro de artes marciales en la región. El pueblo de Jinbei estaba constantemente amenazado por bandas de bandidos y clanes rivales que buscaban saquear y dominar la zona. Jinbei inspirado por la protección y el honor de su familia, se dedicó a proteger a su pueblo y a sus habitantes con su habilidad en el manejo de la katana. Sin embargo, una noche oscura y tormentosa, mientras Jinbei patrullaba los límites del pueblo, una banda de bandidos atacó de manera sorpresiva. A pesar de la valiente resistencia de Jinbei y los habitantes del pueblo, fueron superados en número y fuerza. El pueblo sufrió graves pérdidas y quedó en ruinas. Con el corazón lleno de culpa y determinación, Jinbei juró vengar a su pueblo y buscar la justicia en el vasto mundo. Abandonó su hogar, convirtiéndose en un samurai errante, viajando de pueblo en pueblo, enfrentándose a la injusticia y protegiendo a los indefensos con su habilidad en la katana. No sé nada de esta franquicia, espero no sea un inconveniente

>>94495 https://youtu.be/mz9ftphTWTM?si=XbOmnprvU2xHajRN Las cenizas se elevaban al cielo esa noche, el fuego consumía todo, una casa colapso a tu derecha, la tierra ahora lodo congelaba tus pies. El intenso humo cortaba tu respiración, gruesas líneas de sangre se mezclaban con tu sudor producto de una larga batalla, saboreabas el metal, adolorido por tantos cortes, aún podías mantenerte en pie, más, un poco más, solo, un poco más... Un poco más... ... - ¿Eschaste? Un samurai dijo que los Tokugawa han perdido la batalla en el sur, su precedentes cua militar casi ha desaparecido de ahí - - Ara el comandante Gaoh es un hombre de fuerza temible, todos los pueblos de por aquí están sumamente agradecidos con su trabajo, al fin es posible trabajar sin tener que pagar esos impuestos ridículos al Shogun - Hablaban dos empleadas jóvenes de la tienda. Nada mejor que poder comer un poco luego de tan largo viaje, no era mucho el desayuno, un plato de miso y brochetas con pan, tenias que agradecer a esos bandidos por cruzarse en tu camino, eso te permitió obtener algunas monedas, acompañaban bien un clima tibio, de cielo despejado, fresco viento que entraba a la tienda y esta casi vacía, claro que, siempre hay un punto donde la tranquilidad tiene que ser interrumpida, es la ley de la vida... La cortina de la puerta se hizo a un lado, se escucharon varias getas (Sandalias de madera) ingresar, estabas de espaldas a la puerta pero pudiste escuchar bien. - Son hombres de los Tokugawa - Dijo un sujeto que bebía una copa de sake (Bebida alcoholica), hizo un ademán diciendo a su compañero que se retiraran, ambos se fueron, las mujeres que hace un momento tl hablaban sobre el tema se retirararon hacia la cocina. Eran cinco hombres, todos cargaban katanas, sus ropas estaban algo desgastadas pero llevaban el escudo de los Tokugawa pintado en la espalda, tomaron asiento y una de las meseras se acercó algo nerviosa a atenderlos. - Sake, todo el que tengas y calamar - Pidió, la chica se tomó un momento, no siempre fue así pero en este punto los mariscos han alcanzado un precio superior al de las aves, los puertos están tomados por mercenarios del Shogun y lo poco que se pesca va para ellos, era normal que la chica dudará en sí estas personas pudiesen pagar algo como calamar, el aparente líder del grupo lo noto y frunció el ceño, sus compañeros rieron levemente. - ¿Crees que no puedo pagarlo? - Se levanto de su asiento molesto - No, no es eso señor, le traeré su orden de inmediato - Dio vuelta para irse de ahí pero el hombre la atrapó del brazo - Somos hombres del Shogun, deberias enterarte, este pueblo le pertenece, deben apoyar a su gobernante alimentando a sus empleados en estas épocas de guerra, todo aquel que no este disouesto a cooperar puede ser ejecutado por órdenes del Shogun - Jalo a la chica colocando su mano sobre la mesa - Perderás la mano aquí mismo por traición - Desenvaino su espada, todas las chicas aprtaron la mirada, esto era así, no podías saber si eran o no empleados de Tokugawa pero incluso ellos se comportaban de esa forma, la guerra había descontrolado todo, habían grupos que actuaban por cuenta propia, el Shogun había perdido el umbo de su gobierno hace mucho y la gente tenía que acostumbrarse a este tipo de castigos al azar...

>Nombre Dokite Shigenobu >Edad 23 >Sexo Masculino >Apariencia Joven hombre de menuda corporatura, midiendo 1.60 y con una cara poco amenazante. >Armas Un par de tonfas de acero. Un arco y flechas, incluyendo flechas incendiarias. Una wakizachi. Solia tener una espada, pero se la robaron mientras acampaba. >Historia Un simple cazador, con algo de historia en el mundo del asesinato. Fue entrenado en las artes ninjas durante su juventud, pero cosas de la vida le hicieron cambiar de rumbo y tomar la ruta pacifica. Pero el placer que le otorgaba la rutina eventualmente se volvio demasiado repetitivo, y combinado con la sensacion de que dejo ciertos asuntos no resueltos en su vida pasada, decidio recoger sus armas una vez mas, esta vez con un objetivo especifico: Asesinar al Shogun, cueste lo que cueste. profundizo in-rol

>>94583 "Es bueno ver que los jóvenes tengan sus metas bien definidas" es algo que los ancianos dicen con una sonrisa al ver que quizás el futuro no está perdido pero ¿Y si supieran cual es TU meta? No eras el único que iba con tra el gobierno, ma diferencia era que la mayoría de estos tenían ejércitos y gente que los respaldaba, claramente te Tokugawa no era un objetivo sencillo, sobre todo si tienes en cuenta que el general Gaoh, siendo la bestia que es, aún no haya podido acabar con em en esta guerra que se ha extendido ya más de un año, pero, la vida puede otorgar a aquel que es agradecido... https://youtu.be/Hpwq0byugUg?si=tnO0tRyZZS--2OWt Al sur de la capital era una zona con batallas todos los días, la gente de Gaoh hacia avanzadas hacia la capital eliminando campamentos de los Tokugawa, durante tu viaje te habías encontrado con varios de estos campamentos que ya muy diezmados por la guerra apenas podían sostenerse, eso atraía y creaba bandidos que aprovechaban para saquear cualquier persona con mala suerte, aún así era una mañana cálida en una semana tranquila, las aves adornaban tu andar tras alejarte del sonido del metal chocando, quedarte en el camino era una buena opción y casi podías pensar que todo eso de los bandidos era mentira ya que más allá de perder tu katana no te habías topado con ninguno, a este paso llegarías a donde em castillo Chiyoda en pocos días, pasarías algunos pueblos donde ganar go de dinero y descansar adecuadamente antes de seguir pero para eso siempre tendría que aparecer algo que interrumpa... https://youtu.be/7yFA882AN_g?si=SuYwtcrpxtFbh9de Diste un paso hacia atrás dejando que pasara de largo, notaste la flecha pero no las intenciones, no iba dirigida a ti, se le escapa a alguien que se acercaba corrie do de entre los árboles, pasaste tu mano en tu arma predilecta para el momento esperando que aparezca... De un salto cayó en el camino usando sus manos para reincorporarse y correr hacia ti; Una chica, un poco más alta que tu, de ropas brillantes y facciones finas, te jalo de la ropa para usar como escudo mientras un grupo de personas salían detrás con más calma, se miraron los unos a los otros en completo silencio ¿Bandidos? No llevaban em escudo de ninguna de las facciones en conflicto pero tampoco parecían vagabundos de la mala vida, sus vestimentas parecían algo finas en comparación, el más llamativo fue quien dio la primera palabra... - No tienes que involucrarte - ¿Un general? Aunque revisaste no viste ningún símbolo, la chica apretó los dientes y se acercó para susurrarte - Ayúdame, son bandidos, quieren extorsionar a mi padre, ayúdame ayúdame llegar a Chiyoda, prometo que serás recompensado - El líder del grupo hizo un ademán pidiendo do que te apartaras, no tenía nada que ver contigo.

>>94461 >Nombre Tsuyoshi Suzumu. >Edad 20 Años. >Sexo Masculino. >Apariencia Un joven adulto de piel blanca, con una altura de 1,69 cm y el cuerpo tosco de un guerrero, repleto de cicatrices desde los muslos hasta su rostro, una enorme cicatriz decorando un rostro de mirada suave y amable, pelirrojo de ojos color lavanda escondidos detrás de una máscara Kitsune de apariencia mucho más intimidante que también imita la marca en su mejilla derecha. Lleva un kimono verde decorado con formas geométricas, un haori blanco, y un hakama negro. >Armas -Una Katana, de mango blanco decorado con un patrón de espinas negras conectando los dos extremos del mango, la guarda de mano entre la hoja y el mango decorado con un patrón de dragones dorados, al igual que una cinta de oro envuelta en la vaina. -Una espada de madera. -Hilos de Acero. >Historia Originalmente un huérfano que nació de una prostituta común, desde que tiene memoria ha vivido trabajando en el campo para diferentes terratenientes. En estas duras condiciones, creció aún así sin ser completamente una persona egoísta o encerrado en si mismo, y aunque haya sido obligado a tomar responsabilidad de si mismo muy temprano, ha recibido la ayuda de otros desde que recuerda tan seguido como ha sido repudiado, le gustaba jugar, le gustaba el Mochi, pero por sobre todo, le encantaban las historias de Samurais y Ronin, mientras más fantasiosas eran más le gustaban, su obsesión con el Kenjutsu lo llevó a practicar desde que era pequeño por su propia cuenta, hasta el día que encontró a su Maestro ideal. Era un Ronin que buscaba lo mismo que él; Total dominio sobre la Espada, pero aunque buscaban lo mismo, incluso en ese entonces pudo notar que ambos eran polos opuestos, y realmente no tenían nada en común respecto al porqué buscaban alcanzar ese nivel Maestro, como él lo llamaba. No comprendió sus palabras y aun así insistió en ser entrenado por él, en respuesta, su Maestro lo invitó afuera del establecimiento en que se conocieron, y allí tuvo su primer duelo, el cual perdió de forma estrepitosa, sin que su Maestro haya desenvainado su Espada en ningún momento. Pensó una y otra vez en sus palabras luego de ello, indago como pudo y preguntó a quien quisiera darse la molestia en pensar sobre ello; ¿Cuál era la diferencia entre la Fuerza y el Poder? Y recibió distintas respuestas, aunque más eran los que no le daban ni la hora del día, pero no podía llegar al motivo del porqué no pudo derribarlo ese día, y así permaneció sin responder. El día que su aldea fue engullida en las llamas, y vio exactamente el alcance que tenía el hombre para la crueldad, es que llegó a su propia respuesta para esa incógnita que tanto lo molestaba en ese entonces. No pudo encontrar el cuerpo de su Maestro entre el fuego, lo único que pudo hallar fue su Katana aun envainada en el mismo Bar en el que siempre podía verlo, y solo con eso, pudo acabar con dos Samurais cortos en armadura que solo vieron a un niño idiota dejándose llevar por sus emociones, hasta que la hoja de su Espada atravesó sus cuellos y encararon la oscuridad antes de poder darse cuenta del error que cometieron. El Poder para implementar sus ideales sobre el mundo que lo rodea, ese es el propósito que creó para sí mismo. Y por ello, está dispuesto a destruir todo en lo que ese mundo cree para crear su mundo ideal.

>>94834 Ah, y uso el cupo de aca tambie >>94468

>>94834 Respuesta preventiva Las cenizas se elevaban al cielo esa noche, el fuego consumía todo, una casa colapso a tu derecha, la tierra ahora lodo congelaba tus pies. El intenso humo cortaba tu respiración, gruesas líneas de sangre se mezclaban con tu sudor producto de una larga batalla, saboreabas el metal, adolorido por tantos cortes, aún podías mantenerte en pie, más, un poco más, solo, un poco más... Un poco más... ... - ¿Eschaste? Un samurai dijo que los Tokugawa han perdido la batalla en el sur, su precedentes cua militar casi ha desaparecido de ahí - - Ara el comandante Gaoh es un hombre de fuerza temible, todos los pueblos de por aquí están sumamente agradecidos con su trabajo, al fin es posible trabajar sin tener que pagar esos impuestos ridículos al Shogun - Hablaban dos empleadas jóvenes de la tienda. Nada mejor que poder comer un poco luego de tan largo viaje, no era mucho el desayuno, un plato de miso y brochetas con pan, tenias que agradecer a esos bandidos por cruzarse en tu camino, eso te permitió obtener algunas monedas, acompañaban bien un clima tibio, de cielo despejado, fresco viento que entraba a la tienda y esta casi vacía, claro que, siempre hay un punto donde la tranquilidad tiene que ser interrumpida, es la ley de la vida... La cortina de la puerta se hizo a un lado, se escucharon varias getas (Sandalias de madera) ingresar, estabas de espaldas a la puerta pero pudiste escuchar bien. - Son hombres de los Tokugawa - Dijo un sujeto que bebía una copa de sake (Bebida alcoholica), hizo un ademán diciendo a su compañero que se retiraran, ambos se fueron, las mujeres que hace un momento tl hablaban sobre el tema se retirararon hacia la cocina. Eran cinco hombres, todos cargaban katanas, sus ropas estaban algo desgastadas pero llevaban el escudo de los Tokugawa pintado en la espalda, tomaron asiento y una de las meseras se acercó algo nerviosa a atenderlos. - Sake, todo el que tengas y calamar - Pidió, la chica se tomó un momento, no siempre fue así pero en este punto los mariscos han alcanzado un precio superior al de las aves, los puertos están tomados por mercenarios del Shogun y lo poco que se pesca va para ellos, era normal que la chica dudará en sí estas personas pudiesen pagar algo como calamar, el aparente líder del grupo lo noto y frunció el ceño, sus compañeros rieron levemente. - ¿Crees que no puedo pagarlo? - Se levanto de su asiento molesto - No, no es eso señor, le traeré su orden de inmediato - Dio vuelta para irse de ahí pero el hombre la atrapó del brazo - Somos hombres del Shogun, deberias enterarte, este pueblo le pertenece, deben apoyar a su gobernante alimentando a sus empleados en estas épocas de guerra, todo aquel que no este disouesto a cooperar puede ser ejecutado por órdenes del Shogun - Jalo a la chica colocando su mano sobre la mesa - Perderás la mano aquí mismo por traición - Desenvaino su espada, todas las chicas aprtaron la mirada, esto era así, no podías saber si eran o no empleados de Tokugawa pero incluso ellos se comportaban de esa forma, la guerra había descontrolado todo, habían grupos que actuaban por cuenta propia, el Shogun había perdido el rumbo de su gobierno hace mucho y la gente tenía que acostumbrarse a este tipo de castigos al azar...

>>94842 Quería tirar turno hoy pero estoy muy dormido y tengo demasiadas cosas que hacer, mañana tiro el turno si puedo OPecito

>>94842 (OPecito, explicame como funciona el sistema de combate y de dados antes de lanzarlos, ¿Es un 1d100 o?) >Tsuyoshi Tomó su taza entre sus dos manos callosas poco después de agradecer por la comida con una oración, y llevó a sus labios para beber el Genmaicha (Té de arroz integral) respetando el ritual de beber con la seriedad que merecía, notándose por sus microexpresiones alrededor de su labios --Por lo menos lo que se podía ver sin que su mascara lo tapara-- lo mucho que disfrutaba de este tipo específico de Té, y le contentaba mucho que haya empezado a tener tanta popularidad como para ser servido en Bares como este, y todos pudieran disfrutarlo tanto como él, aunque tuviera el equipo necesario para prepararlo en el caso de que el establecimiento solo tuviera agua caliente para ofrecerle. De cualquier forma, agradeció desde el corazón por la oportunidad de beber un día más mientras se tomaba su tiempo con la bebida. >¿Eschaste? Un samurai dijo que los Tokugawa han perdido la batalla en el sur, su precedentes cua militar casi ha desaparecido de ahí Dejó su taza en la mesa, su labio se frunció mientras escuchaba atentamente sin darle importancia a ninguna etiqueta sobre la privacidad. >Ara el comandante Gaoh es un hombre de fuerza temible, todos los pueblos de por aquí están sumamente agradecidos con su trabajo, al fin es posible trabajar sin tener que pagar esos impuestos ridículos al Shogun No hubo reacción alguna al escuchar esto, simplemente mantuvo sus manos sobre su Té todavía escuchando atentamente las palabras de ambas mujeres hasta que el sonido de varios pasos de madera con madera irrumpieron en la conversación, haciendo que el ambiente tranquilo que disfrutaban los demás clientes se desvanezca. Exigieron ser alimentados gratis mientras las mujeres que hablaban antes se retiraban a la cocina una vez más, para él simplemente era otra reafirmación sobre sus ideales por sobre aquel que se encuentra ahora mismo en el Poder, otra excusa para actuar como lo vea necesario. Se levantó de su asiento dejando su comida y su Té a medio acabar, y caminó casualmente como si fuera un espejismo, sin que sus pies descalzos hagan ruido sobre el suelo. >Perderás la mano aquí mismo por traición -Tu pueblo perece por el hambre, ¿Y aun así crees que tu orgullo tiene valor alguno? No le interesaba tener una respuesta, su paciencia se acabó el momento que decidieron interrumpir su almuerzo y amenazar a una civil enfrente de él. El sonido metálico de la Espada que el hombre había desenvainado cayendo al suelo hizo eco en el establecimiento, eclipsando el sonido de la mano del hombre cayendo junto a esta en un charco de sangre derramándose sobre el suelo. No le dio tiempo a gritar antes de proceder a remover su cabeza de otro corte limpio, su Mascara expresando nula emoción, más su sed de sangre siendo casi insoportable a medida que su aura pesaba sobre los presentes luego de su accionar tan frío y automático. -No son más que carne de cañón glorificada, el único derecho que tienen es el ser despedazados en el campo de batalla por intereses ajenos. --Explicó mientras su tono expresaba una fracción de la ira que sentía. Levantó su mano, y usando un ademan invitó a los demás Samurai a desenvainar. -Mueran gritando, ese es su único propósito. Movió su Katana desenvainando una vez más luego de voltear la mesa de una patada, su hoja cortando a través del resto de sus gargantas antes de que esta tocara el suelo. 1d100 = 32