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Yo estuve como 2 años de inspector de calidad en una maquila, la paga era un poco mejor que los operadores, el trabajo era tranquilo, demasiado tranquilo para ser honestos. Hacían productos médicos, yo tenía que revisarlos en busca de defectos, otra veces solo firmaba hojas, pero más que nada era firmar hojas, buscando que la susodicha hoja tuviera todos los sellos, firmas y revisiones aceptadas, y ya una vez que los tenia, yo la firmaba, dando el visto bueno, como que dicha hoja estaba completa. Y así firmar hojas a lo pendejo durante 12 horas (eran turnos de 12 horas, 3 días a la semana y un día de 6 horas). Firmaba cientos de hojas y muchos turnos es lo único que hacía, aparte de platicar con el que no tuviera nada que hacer.
Lo que mata es precisamente eso, la rutina, tener que estar haciendo lo mismo por un chingo de horas a la semana. Tenía mis descansos, todo el tiempo estábamos sentados, teníamos nuestras mesas, estaba medio chido el cotorreo con los compañeros, pero básicamente eran puros chismes entre los mismos trabajadores, ver las mismas caras una y otra vez, contando los nuevos chismes de la misma gente que estaba en la misma área de trabajo que yo. Eran cuartos limpios, tenías que traer a huevo tus cubrezapatos, cubrebocas, lentes, gorro y una bata tipo de laboratorio, lo que también se volvía una joda, tener que ponerte y quitarte todo el equipo, una vez que ibamos a comer o al baño.
Se podría decir que lo único que amenizaba todo es que tenía buenos compañeros de trabajo, incluso llegamos a tener retas de KOF a escondidas de los jefes, en las computadoras de la empresa, mediante juegos portables en USB. Tuve como dos ligues pasajeros con morras, y me hice de buenos amigos, estaba carita y hasta me daba el lujo de despreciar morras que querían conmigo, pero el buen compañerismo no quitaba el hecho de que me tenía que levantar a las 5:30 am para llegar a las 6 am a trabajar y checar tarjeta, para luego pasar 12 horas de mi día encerrado como rata en laboratorio. Ya estaba bien harto de eso. Había personas que tenían 18 años trabajando en la misma empresa y me decían que ya estaban hartos y asqueados, que nada más estaban esperando cumplir 60 para jubilarse.
< Picrel, se llama SEISA, justo así como se ve en las fotos son las instalaciones tal cual
Teníamos que lavarnos las manos cada vez que entrábamos de comer, del baño, de la enfermería de recursos humanos o de cualquier cosa, la lavada de manos era obligatoria al entrar al cuarto limpio, después nos poníamos guantes de látex nuevos cada vez y si no te lavabas las manos, primero con gel desinfectante luego con jabón liquido, los jefes te regañaban.
< Los que se ven en la segunda pic son los operadores, muchos trabajan de pie y los que traen las lámparas redondas son los inspectores de calidad. Recuerdo que también había mucho morro, pues aceptaban trabajadores desde los 16 años para arriba. En ese tiempo yo tenía 22 años así que me juntaba con puro morro caguengue.