Bueno mis empresarios con membresia de por vida en Cotsco, se que ustedes nunca han pasado carencias ni vergüenzas porque son blancos de burlas y de bullyng y unos chingones que no tienen tiempo para novias ni amigos pero quiza sea entretenido larpear un rato de pobres y compartir historias ficticias que nunca nos pasaron solo por los kekes ya que la pobreza es muy fea y por eso muchos deciden bloquear esos recuerdos y crearse una realidad alterna pero que bueno que eso no pasa aqui y que estoy entre puro empresario que se puede permitir poner a sus gatos a chambear para el mientras el se inventa alguna anecdota color popo de esas que casi no pasan en este mugroso pais. Bueno, empiezo el larpeo: A mi me daba mucha pena ir con mi awelita al mandado porque a los pocos dias de la quincena era ir a pedir fiado al señor de la tienda. Iba yo con mi hermanita, teniamos entre 10 y 8 años respectivamente, y ahi ibamos con ella a comprar 2 o 3 cosas a la verduleria (ya saben, la awelita caminando como puta tortuga abajo del sol del medio dia) y luego ibamos a la tienda de "don Luis" donde llegaba mi abuelita con su cara de tristeza a preguntarle si "nos presta" y ya el don decia que si para luego empezar a pedir tal y tal cosa, nos decia que agarraramos unas papas mi hermana y yo mientras el señor nos veia asi como de "no tienen dinero y quieren papas pero bueno luego me pagan" y ya nos regresabamos con la bolsa del mandado llena para que ella hiciera la comida mientras nosotros comiamos papitas. Bueno, eso despues de llegar a cagar aguado al baño y dejar embarrado el asiento. La neta por esas cosas no le guardaba mucho aprecio a ella pues aunque hacia lo que medio podia en la casa, era muy cochina y eso me molestaba mucho, pero igual toda esa chinga de cuidarnos era mientras mi jefita chambeaba y ella tenia que aventarse el papelote de ir a poner su cara con el señor de la tienda para que nos fiaran. Ya luego en la quincena le pagaban lo que se debia sin falta pero igual que vergüenza y que frustrante para tener que andar cargando con nosotros cuando el tambien tenia cuentas que pagar y eso pero bueno, esa es mi historia ficticia de pobreza de niñez quintomundista que me dejo marcado de por vida ficticiamente. Ahora ustedes cuenten la suya.