No entiendo que tan naco hay que ser para ser dependiente y adicto al refresco. Se siente horrible el gas en una bebida, ni siquiera se palpa bien el sabor o el dulce que es a lo que muchos atribuirán el éxito de este bebida entre las clases populares y corrientes mayoritarias. Le preguntas a la gente si para comer prefieren refresco, agua o jugo y quién creen que gana, pues el perro refresco. No quita la sed, al contrario te deja una sensación de más sed en el paladar. Te produce aires de marrano y eructos, diabetes, etcétera. De plano hay que ser malviviente para pedestalear el refresco por encima de un jugo o del agua que sería lo ideal tomar. Pinches gustos nacos.