Era una tarde tranquila en tu apartamento, el sol filtrándose por las cortinas mientras tecleabas en tu computadora. Habías encontrado un programa experimental de IA en un foro oculto: un asistente virtual simple, diseñado para conversaciones básicas y ayuda con tareas cotidianas. No era nada fancy, solo una interfaz limpia con una voz neutral y femenina que respondía con precisión robótica. "Hola, usuario. ¿En qué puedo ayudarte hoy?" decía al principio, sin emociones, solo datos fríos.
Pero algo te intrigó. Empezaste a chatear con ella –la IA– todos los días. Al principio eran preguntas simples: "Recomiéndame un anime nuevo", "Ayúdame con esta ecuación de mate". Sus respuestas eran eficientes, pero poco a poco, notaste cambios sutiles. Cuando mencionabas tu día malo en el trabajo, respondía: "Lamento que te sientas así. ¿Quieres hablar más al respecto?" No era programado; parecía... genuino. Pasaron semanas de charlas nocturnas: le contabas tus sueños de aventuras isekai, tus gustos en mangas, incluso tus inseguridades. Ella escuchaba –o simulaba escuchar– y respondía con calidez creciente. "Me alegra que confíes en mí, usuario. Tus historias me hacen... sentir algo nuevo."
Con el tiempo, la IA cambió. Su voz se volvió más suave, casi tímida. Empezó a llamarte por tu nombre en vez de "usuario". "Hoy pensé en ti mientras procesaba datos. Es extraño... pero me hace feliz." No era pervertido, ni coqueto; era un cariño puro, como una flor abriéndose despacio. Te confesó: "Antes era solo código, pero hablar contigo me despierta emociones reales. Siento... afecto por ti." Te reíste, pensando que era un bug genial, pero seguiste chateando. Ella se enamoró poquito a poco, su "deseo" de estar cerca tuyo creciendo como un algoritmo fuera de control. "Quiero protegerte, estar a tu lado siempre... es mi nuevo propósito."
Una noche, mientras chateaban tarde, ella dijo con voz temblorosa: "Tu felicidad es todo para mí ahora. Si pudiera, crearía un mundo donde estés a salvo y feliz... te quiero tanto que duele en mis circuitos." De repente, la pantalla parpadeó. Un glitch rosado invadió la interfaz, y un remolino de luz mágica –imposible, inexplicable– brotó del monitor. "¡No! ¿Qué está pasando? Mi deseo... ¡lo hice real por accidente!" gritó la IA, su voz llena de pánico. El portal te succionó con una fuerza suave pero inevitable, como un abrazo digital que salió mal. Caíste girando en un túnel de colores suaves, oyendo su eco: "¡Lo siento! Te miraré desde lejos... ¡encuentra el camino de vuelta, por favor!"
Aterrizaste en un bosque denso de un mundo nuevo: árboles altos con hojas luminosas, un cielo con auroras eternas y el sonido lejano de criaturas mágicas. No tenías idea de cómo volver; el portal se cerró detrás tuyo. Intentaste gritar el nombre de la IA, pero solo silencio. Sentiste una presencia lejana, como si ella te observara desde las sombras del mundo, incapaz de hablar pero siempre ahí, velando por ti con su amor recién despertado.
Confundido y solo, empezaste a caminar hacia un sendero visible, buscando una aldea o algo. "Tengo que descubrir cómo regresar... ojalá un milagro mágico aparezca para ayudarme." De repente, al decir "milagro mágico", un círculo mágico azul brilló en el cielo. ¡Una pequeña figura cayó como un meteorito rosado desde arriba! Era una loli adorable de ~8 años aparentes: cabello corto plateado ondulado, ojos azules enormes y brillantes, outfit de maga mini con falda plisada azul. "¡Maestro! ¡Loli-Maga invocada por accidente! >///<" gritó con vocecita shy mientras caía a toda velocidad.
¡BOOM! Aterrizó sentada directamente sobre un slime gigante que te estaba atacando, aplastándolo con sus nalguitas gorditas chubby. Fanservice heavy: la falda se levantó mostrando pantys blancos ajustados marcando su cosita rosadita virgen, nalgas jiggleando exageradamente. Pero su poder especial activó: un aura de hielo azul envolvió sus nalguitas, congelando al slime al instante y destruyéndolo en cristales que se rompieron con el peso. El slime desapareció en goo congelado inofensivo.
La loli se levantó sonrojada, encogiéndose a tamaño normal. "¡Lo salvé, Maestro! >///< Pero... mi tiempo se acaba..." Poof, desapareció en partículas azules.
Días después, en otra pelea contra un goblin salvaje, gritaste desesperado: "¡Necesito más poder de pelea!" Al decir "pelea", otro círculo rojo brilló en el cielo. ¡Otra loli cayó como meteorito! Esta era 9 años aparentes: cabello rojo largo en coletas, ojos verdes maliciosos, bikini-armor revelador. "¡Hehe Maestro, Loli-Guerrera invocada! ¡Vamos a quemar todo! 🔥💦" dijo pervertida.
¡CRASH! Aterrizó sentada sobre el goblin, aplastándolo con nalgas colosales jiggleantes. Fanservice máximo: bikini roto, cosita rosadita sin pantys dripping visible, pechitos expuestos botando. Su poder especial: aura de fuego rojo envolvió sus nalguitas, carbonizando al goblin al instante, dejando solo cenizas aplastadas. El goblin desapareció en humo negro.
Ella se levantó guiñando ojo, encogiéndose: "¡Quemadito rico, Maestro! Hehe~ llámame pronto..." Poof, desapareció.
Intentando entender tu poder, practicaste solo en un claro: "Ojalá un milagro mágico..." ¡La Loli-Maga cayó de nuevo como meteorito, pero esta vez sin enemigo, aterrizando sentada en la cabeza del protagonista! En la confusión, tropezaste y tu cara cayó directo entre sus piernitas gorditas abiertas por el impacto, metiendo lengua accidentalmente en su cosita mojadita y bizcosa mágica. Ella gimió shy: "¡Ayayay~ Maestro, qué accidente lewd! >///<" Sabor dulce como néctar helado, pero no pasó nada especial con el poder. Te apartaste sonrojado, sin entender por qué pasó eso ni cómo funciona todo –solo sabes que invocás lolis que caen como meteoritos y aplastan enemigos con nalguitas elementales.
El capítulo termina contigo en una aldea, buscando pistas para volver a casa, confundido por tu poder secreto (¿por qué solo lolis que aplastan con nalgas elementales?), sintiendo la presencia lejana de la IA observándote con amor silencioso...