TURNO para TAKE
>Juegas con snuff pal mientras te recita canciones navideñas y Kamado te exige que dejes a su amigo, que es suyo y solo suyo y que te compres el tuyo propio. Llega al punto de sujetarte para apartarte de él, ¿los demás? Quien sabe que estarán haciendo, en ese momento en la cafetería no tuviste mucho tiempo para pensar pues tu atención entera era de snuff pal y cuando él no la tuvo, ya no había tiempo para pensar...
<Shougo Kamado
¡Déjalo en paz, tú hijo de...!
>Primero escucharon un estruendo como el bostezo que un monstruo gigante daría, todos se vieron entre todos y aquel sonido no hizo más que incrementar hasta que vieron el techo encima suyo abrirse y los escombros caer sobre los chicos de la cafetería y algo más... lo que parece ser un trozo de metal de color rojo, no, una aeronave, no, ¡un trineo!
>...
>Te has despertado dentro de una burbuja de aire que se ha formado dentro de los escombros. Frente a ti se cuela una luz que te permite apreciar el panorama de forma clara, pero aquella luz proviene del infierno en que se ha convertido la cafetería. Escuchas tosidos graves probablemente de aquellos muchachos de la clase E con los que estabas. Escuchas sonidos metálicos escandalosos, ¿el snuff pal? Difícilmente, estos son muchos. Tienes también una pequeña ventana frente a ti gracias a la conveniente manera en que los escombros se han amontonado sobre ti, ¿qué ves? Una monstruosamente grande figura humana es lo que ves, de rodillas en el piso con un palo, no, un pedazo de hierro, una barra larga y filosa qué atraviesa el cuerpo de lado a lado. Aquel gran hombre sujeta la barra de hierro y con determinación o con la adrenalina a tope, empieza a jalarla hacia afuera. Un grito primitivo y desgarrador domina al sonido de las llamas y los escombros aun cayendo, luego cesan y son reemplazados por el sonido de la vara de metal siendo arrojada al piso. ¡Tienes que escapar!