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El ser opuestos y reconsiliarse es precisamente uno de los mensajes de la obra. Sus personalidades opuestas (representadas a su vez en sus elementos) fueron correctamente asimiladas por el otro.
Zuko no solo adquirió la sabiduría del tío Iroh, que se caracteriza principalmente por virtudes asociadas a la naturaleza de las personas de la tribu agua, sino que su técnica del desvío del rayo es técnicamente una técnica de agua-control, la cual utiliza justo cuando su personalidad ha evolucionado lo suficiente como para entender lo que su tío le quería transmitir realmente (aun no ha terminado de comprenderlo todo, pero casi) y una segunda vez cuando tiene que proteger a Katara, volviendo a hacer gala de una de las virtudes más características y valiosas de la tribu agua, haciendo de esta disciplina y filosofía capaz de enfrentar el máximo exponente del fuego en sus diferentes formas, desde el fuego azul y el relámpago en sí, hasta las actitudes que tuvo que lidiar Zuko y las necesarias para vencer a Azula (cuyo colapzo es un reflejo de lo que vencieron ambos en su interior), encarnadas tanto en él como en Katara.
Por otra parte, Katara que siempre fue la madre del grupo y el amparo del necesitado, se convierte en una máquina de venganza (junto a Zuko, quien le está ayudando a canalizar sus sentimientos reprimidos, como pasó con él), una que pretendía dar caza al asesino de su madre, tragándose su rencor por Zuko y pasando por toda una catarsis en la que incluso utiliza la sangre-control que juró nunca más utilizar (una disciplina surgida en la nación del fuego, con propósitos muy parecidos al del fuego-control, centrado en la furia y el odio) y cuando encontró al asesino casi lo empala en el más frío y humedo sueño de Vlad el empalador, cosa que no hizo porque internalizó una duda irresoluble como parte de ella misma, al igual que Zuko pero al revés. Y como olvidar que ella literalmente venció al personaje más temido de la franquicia estando en desventaja; en pleno cometa y contra una loca, y eso siendo una "campesina". Realmente no me extrañaría que Zuko se le confesara o hasta le propusiera matrimonio ahí mismo mientras Azula gritaba de desesperación (aunque hubiera sido raro).
Hubieran sido una pareja interesante, especialmente considerando que Zuko se convertiría en Señor del fuego. Ver a Katara como reina de la nación que le quitó a su madre y que, en lugar de vengarse, ayudara a Zuko a reparar el daño interno y externo de sus respectivos pueblos, hubiera sido de antología.
A lo que me refería con la obra de teatro es que la serie hace chiste de algo que no pasó como tal, pero que sí se planteó. Además, no todo lo de la obra son chistes a los fans. Cosas como que Toph sea un hombre gigante y rudo o que el espíritu azul liberara al Avatar de Zuko tienen justificación en la historia, ya que implica que la información que obtuvieron fue tergiverzada, ya sea porque les daba vergüenza que una niña ciega de diez años les diera una paliza a maestros y soldados o porque decir que Zhao fracasara en capturar al Avatar no le conviniera a alguna autoridad de la nación del fuego.