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No me crean, es la verdad, ni una sola paja mental, ni un solo condimento, ni un solo adorno, pasó justo así, que sea algo imposible para ustedes no lo vuelve imposible para otros negros.
Miren anons, yo conocí a los dos extremos del espectro de la puteria femenina al mismo tiempo, el extremo que jamás estuvo con un hombre por autista y el extremo que se podría considera la ramera del pueblo.
Por una curiosa coincidencia los tres pasábamos mucho tiempo juntos, cubriendonos o descansando. La puta nos hablaba sobre sus múltiples puterias y delirios de grandeza, mientras que mi actual esposa hablaba sobre como tenía ansiedad social y su familia solo esperaba a que cumpliera los 18 para que se pusiera a trabajar y se quedarán todo su sueldo. Tiempo después fuimos con un especialista y descubrimos que si tenía autismo, cada vez que alguien intentaba salir con ella los molestaba involuntariamente hasta que los espantaba. Conmigo fue diferente, ella se acercó a mi, me dio su número y comenzamos a hablar, me mordió, casi me provoca el suicidio por desesperación varias veces, quería largarme, pero la sensación de que ella moriría por lo estúpida que era en cuanto me alejara, hacia que mi conciencia no estuviera tranquila, además que es la única virginidad que e quitado. Así que aguanté, ahorre y le pagué una enorme terapia psicológica que toma hasta el día de hoy, pero ya se comporta como persona normal.
Mientras tanto la puta, hasta el día de hoy las personas que la conocían hacen como si no hubiera existido, obviamente todos se la metieron, probablemente si les contagió algo, pero todos llegan a la misma conclusión, era alguien sin importancia. Nos contaba como sus padres estaban hartos de ella por meter desconocidos a su casa o solo por decirle que corrigiera su vida de mierda, ella en respuesta se salió de su casa, compro una casa propia con dinero que le pedía a las pobres víctimas de sida con las que se revolcaba y consiguió la independencia que buscaba para ser ninfómana a sus anchas. Pensó que con el trabajo en la tienda sería suficiente para organizar su vida perfecta, siempre nos restregaba como en cuanto tuviera la mínima oportunidad o si la corrían, conseguiría un mejor trabajo. La despidieron, ella comenzó a llorar y a retorcerse en desesperación. Nunca volvimos a escuchar de ella, debe seguir viva, probablemente.