Buenos negros, no se si ustedes sean religiosos, yo en lo personal soy religioso, trato de serlo al menos, voy todos los domingos a misa, la verdad es que tengo cosas de las que me arrepiento desde hace mucho tiempo pero no he podido confesar y es por eso que ahora hago este hilo, para confesar de los actos que hasta décadas después no se me olvidan y los cargo en la memoria y por si un día muero espero al menos alguien las sepa.
La mayor parte de estas cosas las hice siguiendo pensamientos "intrusivos" cosas que me salían de la mente, normalmente estas cosas las hice siendo un infante o adolescente, entre los 7 y 14 años, nunca las he confesado con nadie, pero aun dan vueltas por mi mente de vez en cuando. Lo que mas recuerdo son cosas que le hice a mi familia, a mis hermanos para ser especifico, recuerdo que una vez estábamos buscando no se que cosa, solo se que estaba debajo de la cama, mi hermano estaba bajo la cama buscando algo, no se que era la verdad pero nos dejaron buscar eso, el me iba pasando las cosas del fondo de debajo de la cama y yo las iba sacando lanzándolas a cualquier lado, ya sea a cualquier lugar o fuera de la cama, en eso no se , no se bien que es lo que pensaba, pero me dio por lanzarle un juguete de madera a la cabeza, lo lance con fuerza, le pego y lloro del dolor, yo enseguida dije que fue un accidente, no paso de ahí.
Otra de las cosas de las que me arrepiento muchísimo a causa de seguir los pensamientos intrusivos fue haberle escupido la oreja a mi hermana pequeña, íbamos en un viaje en auto y ella se había quedado dormida de costado, no se lo que me hizo hacerlo, en ese tiempo seguro era un infante de 7 años no lo se, pero en ese si recuerdo que me regañaron, pero no lo suficiente creo yo, aun me arrepiento de eso.
Otra cosa de la que me arrepiento es a verle pegado sin querer a un perro callejero, esto ya fue en secundaria, unos 12 o 13 años tendría yo, pasa que estaba en secundaria, en uno de esos aparatos mecánicos que sirven para ejercitar las piernas (pic related) estaba yo, podría decirse que fue un accidente pero creo que pude hacer algo para evitarlo, de esos barrotes de acero donde pones el pie golpeo a toda velocidad contra la cabeza del perro, no lo mato ni lo dejo inconsciente, solo se escucho un golpe sequísimo, y ni se inmuto el perro, pensaría que se lanzaría a atacarme pero no, solo siguió con su camino, se que le dolió, yo no soy un a persona que sea muy amante de los animales, pero eso si no se me borra de la mente.
Esas cosas no son las que no he podido confesar con nadie, supongo que en mi lecho de muerte si Dios me da la oportunidad las confesaría.