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>Ella tiene una forma particular de reír, o mostrar gracia, llevando su dedo índice al contacto con sus labios en un puño suave. Rubelita posee maneras propias de gemas muy antiguas y elegantes, y no está de más, porque, posee una edad solo un poco menor a la de la ya extinta Rutilo. Existe una Escuela en la Corteza, por lo que no es extraño que algunas gemas se muestren interesadas por las formas delicadas. Ella se enfocó de inmediato en tus palabras, las que hacían mención a terceros. En un punto, ella pidió atención. Subió sus manos y liberó sus palmas. Cada uno de sus dedos temblaban sin descanso, a veces con mayor o menor intensidad. Era un contraste amplio, en torno a su estado y su mirada siempre tranquila. Era la prueba de que no podría acercarse a ti con precisión, no era una doctora después de todo.
(Rubelita) Oh, la obstinada Ojo de Halcón. Se preocupa más por nosotras de lo que te puedas imaginar. Observa. Dudo que te agrade recibir un masaje de mis temblorosas manos. Pero estoy completamente segura de que ella accederá a hacerlo. Si se lo pides 17 veces y media. (...) Como nuevas. Que bien.
>Al parecer, si el nivel de accesibilidad de Rubelita se encuentra en 3 puntos, la de Ojo de Halcón rondan los 17.5, es un dato no menor. Como otra gema de ciencia, es probable que Rubelita tenga monitoreadas a muchas gemas, en base a su conducta. Es propio de alguien que utiliza los recuerdos de las demás para liberar a cientos de criaturas. En cierto punto, al voltear a verla, te encontrarías con Rubelita tocando los bordes de su disco luminoso. Solo de esa manera, temporalmente, ella podía calmar sus manos y atender los mensajes. Sonrió, tocó la parte baja de su cuello y deslizó en recto sobre su pecho unos centímetros, soltando lo que podría ser un suspiro gema. Al dirigirse hacia ti, Rubelita inclinó su rostro hacia ti, sus cabellos se deslizaban adelantando sus orejas. Tras preguntar, ella se aligeró.
(Rubelita) ¿Podría ser… que seas una gema tímida, Diamante Blanco? No me malinterpretes, posees un encanto natural único en tu tipo. Pero, los mensajes de amor encuentran su valor cuando les dedicas tiempo y esfuerzo. Reinventar antes que reproducir. Cómo… Enviar un audio en lugar de un texto. “Te quiero…” “Te quiero, te quiero, te quiero, te adoro, te quiero en grande y pequeño, te estimo en toda situación, amor recíproco, iluminas mi día, me has capturado, amo tus pompis, quiero estar junto a ti” Es mucho más complicado y lleva una carga de vergüenza de la que no me libraré en muchos años.
>Es una forma de interpretarlo, y todas tienen un punto de vista. De todas formas Rubelita no dejaba de ser extraña. Al acercarse a ti y presionar un segundo extra sobre el botón de envío, ella ya se encontró grabando un profundo corazón rojo brillante que debía hacerse gigante si se enviaba como un único mensaje. De inmediato, grabó el siguiente en tu pantalla, declarando repetidamente, con una memoria casi fotográfica, el significado detrás de cada corazón estilizado. Le llevó casi dos minutos, pero cuando terminó, Rubelita volteó hacia ti con un rostro relajado. No tardó en tomar una decisión apresurada y hacer llegar terrible mensaje a Ojo de Halcón. Por su parte, Rubelita parecía bastante contenta.
(Rubelita) Enviar. ¡Anda!, parece que solucioné tus problemas de afecto con ella. (...) Mmm, que extraño. Su ícono desapareció.
>De pronto, Halcón ya no recibía mensajes, ninguno, al menos de tu parte. Era extraño porque en la pantalla de Rubelita seguía activa, y en parte había escuchado el mensaje que envió Rubelita a través del tuyo. Pero a veces suceden estos errores de conexión porque un par de humanos se distraen pintando murales y tal. Rubelita se mantuvo paciente al escucharte, deteniéndose en medio del pasillo para analizar correctamente. Detrás de ella podías ver la barrera que separaba el centro de la caldera con la segunda barrera, la tercera, el campo de plasma y finalmente el núcleo línea de subida de magma incandescente. Rubelita subió una de sus manos y comenzó a acariciarse la mejilla ella sola con su palma, suavemente, lucía algo conflictuada.
(Rubelita) Eres bastante persuasiva, me agrada, continúa así, podrás reparar mi corazón. Sin embargo, desde el principio, palabras claras o no, sería imposible para mi retirar tus inclusiones ante una negativa. No poseo la fuerza, la habilidad de convencimiento o el valor para hacerlo. Pero en lugar de todo ese procedimiento, me encantaría poder contarte una historia.
>Como una gema razonable, Rubelita poseía la capacidad de desobedecer las órdenes de Halcón si así lo veía bien. O tal vez, era alguien bastante débil y cobarde que poco más podría hacer ante una agente de la salvación como tú. En todo caso, como siempre, Rubelita es bastante comprensiva, en el buen modo, no como aquel que maneja Fluorita repleto de contradicciones. Incapaz de decir una palabra más acerca de sus discos en la cabeza, Rubelita se acercó a ti, tomo tú mano, la levantó unos 20 centímetros en el aire y preguntó. Su toque era muy pasivo, solo levantando desde abajo, sin cubrir tus dedos de ninguna forma o generar algún roce inconveniente. Cuando te soltó pudiste ver cómo juntó ambas de sus manos a la altura de su vientre, avanzando con templanza. Ella cerró los ojos, parecía más sencillo referirse a fechas muy antiguas de ese modo.
(Rubelita) Hace 7 mil años, en la Tierra Cristalina, Fluorita era una máquina asesina de eliminación piroclástica. Día tras día, ella se encargaba de asimilar, eliminar y evaporar a decenas de piroclastos. La Corteza solía tenía la costumbre de inyectar vapor de formación humana en los constructos de los androides, con la oportunidad ciega de que sean salvados al llegar a mi hogar. Los piroclastos arribaban aterradores con una conducta terrible, hasta el día de hoy tengo algunas pesadillas con ellos. Pero fue gracias al esfuerzo de Fluorita que mi generación nació, como una de las primeras que no necesitaba luchar para sobrevivir y que le daba la oportunidad a la Isla de desarrollarse intelectual y tecnológicamente. En ese entorno me desarrollé, con la capacidad de absorber y transformar materiales con mis manos, al igual que mi antigua Líder. Naturalmente, como cualquier irregularidad, fui capturada.
>Las gemas que permanecen quietas por cientos de miles de años desarrollan el silice como metodo de supervivencia. Al parecer debía ser de esta manera si se atacaba la isla continuamente. Pero solo sucedió cuando Fluorita logró cierta estabilidad hace mucho tiempo. Finalmente, puedes comprender a Rubelita como una gema que ha sido capturada hace mucho tiempo. Aunque, ella no posee ahora ninguna conexión con la Tierra Cristalinta.
(Rubelita) Rutilo vio en mí una solución, la posibilidad de absorber a Fluorita en lugar de que ella lo haga conmigo u otra gema. Pero la ambición de Rutilo era demasiado grande para lo que solía ser yo, una gema tímida e indecisa. Como una útil inutil terminé reparando, absorbiendo y asimilando decenas de caras conocidas. Jugaba con sus inclusiones, me llevaba sus recuerdos, su felicidad, secretos, penas y su culpa. Era mi trabajo, resultado de mis malas acciones… Y también mi pecado, porque me hice con una talentosa insanidad que dejé de odiar muy pronto. Me avergüenzo de ello, incluso a día de hoy. Durante ese tiempo, no paré de sufrir, en ningún momento. Hasta que conocí a Diamante Rosa, ella me salvó. Tengo entendido que tú también intercambiaste palabras con ella, ¿verdad?
>De alguna manera, la pasividad de Rubelita se te hacía familiar, y finalmente encuentras la razón. Es cierto que de vez en cuando se propone como una solución enviar humanos mezclados entre piroclastos para solucionar la sobrepoblación, pero no es una práctica común. Los mejores piroclastos son los que se pueden controlar y predecir, ese, por lo menos, fue el método de trabajo con el que se quedó Rosa por un largo tiempo. Rubelita da un par de palabras vacías, gesticulando pero sin generar vibración en su boca. Ella lleva su mano a su pecho y continúa.
(Rubelita) Era un desastre. Diamante Rosa no curó lo que sentía, pero lo eliminó por completo. Usó un arreglo de inclusiones que yo misma inventé, y que ahora Halcón utiliza para ingresar recuerdos falsos en lugar de retirarlos. Como resultado, una eficiente, algo confundida pero encantadora nueva yo. Escuche, mi Diamante Blanco, así lo desea, mantener tus memorias es una creencia válida. ¡La animo a ello! Me reconforta. Pero conozco el peso de recuerdos y promesas. Todo el tiempo, una y otra vez, las gemas caen en la misma espiral de locura debido a ello. Y también ella, al punto que decidió huir, es muy triste.
>El halo de Rubelita parpadeó un par de veces, es la primera vez que la vez haciendo eso. Si es cierto que Rubelita posee una forma de ser derivada de su antigua yo, entonces es imposible ver a través de ella. Lo único que se mantiene probablemente es la forma de sus pasos, el tono de su voz, y movimientos involuntarios. Aunque diga que la desaparición de Rosa le cause pena, Rubelita siempre lleva un rostro tan compasivo que apenas puedes ver un cambio emocional en cuanto tiene que pensar o no respecto a quien debió ser su mentora. Rubelita se detuvo frente a un elevador, presionando el botón para el llamado del transporte. En ese momento, desde el otro lado del pasillo, apareció Dumortierita gritando constantemente tu nombre, apresurada, su pequeña figura se hacía más grande y más necesitada. Aunque desde fuera, parecía estar corriendo sin razón solo intentando alcanzarlas antes de que ustedes se vayan. Si estaba siendo perseguida o atacada por alguien, no era visible.
(Rubelita) A diferencia de los humanos, nosotras no podemos mezclarnos para aliviar nuestro dolor y solo nos queda extirparlo. Es totalmente indecoroso, ay.
(Dumortierita) ¡¡Leucozafiro!! Leucozafiro… Gmhrr… No, no importa. ¡Leucozafiro! ¡Diamante Blanco! ¡Leucozafiro, ayuda!