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(Diamante Rosa) Es verdad… Pero… Peridotita no suele destruir o aniquilar a gemas con doble o triple composición. Es lo mismo con gemas que controlan aleaciones, o que hacen uso pasivo de control de sílice todo el tiempo en su cuerpo. Es una de sus pasiones. Ella vigila el crecimiento de las gemas más extrañas.
(Tanzanita) Ahmm, ¡esa soy yo!. Y Taaffeíta. Um, actualmente casi todas. Y las de hace 600 años. ¿Citrino? No. ¿Kunzita y Almandine? En absoluto. ¿Cornalina...? Ella era su propia gema cuando fue capturada…
>Como ha sido desde el inicio de la reunión, Diamante Rosa complementa con información de la Corteza. Esta vez, mucho menos exacta, en base a opiniones y preferencias de Peridotita. Las gemas que mantenían condiciones extrañas siempre fueron pocas, por lo tanto, no era raro apenas recibir pedazos de ellas de parte de la Corteza. Tanzanita empieza a contar cuales gemas cuentan con esta especie de “seguro”. Pero al irse tan atrás en el tiempo, olvida la mención de Dumortierita que directamente poseía una cabeza distinta a la original. El rostro de Diamante Rosa no mejora, ella responde mientras desliza la mirada hacia la mesa. Al final observándote ella inclinó su cabeza hacia abajo.
(Diamante Rosa) Yo, agregué dos elementos extra a la composición de Leucozafiro con esa idea en mente… Taaffeíta… Si Leucozafiro permanece activa en la Corteza, entonces poseo gran parte de la culpa… Para bien o para mal. Lo lamento.
(...)
>El cabello de Amatista es extremadamente blando, pero extrañamente resistente. No se rompe a tu toque, a pesar de que la superas en 3 niveles, sino que se deforma y se desliza fuera de tus manos. Se trata de un material maltratado por el tiempo, que ha pasado por milenios unidos a Amatista y que ha cambiado junto a ella. Los poderes de Tara, aunque masivos, no tienen la exactitud para afectar el cabello de Amatista. Pero eso es lo de menos, ella aún puede moverse. Tropezando, pero avanzando, en dirección a Obsidiana. Con un rostro inocente, se quedó a la espera de Obsidiana que negó el reconocimiento de hermana y la interacción física.
(Obsidiana) Hm, jajaja, que ridicula… Mi hermana, mi verdadera hermana fue destruida hace 50 mil años. Era una ágata que fue licuada por un flujo hidrotermal, transformada y plastificada, hasta que terminó convertida en lodo. Teniendo eso en mente, ¿mantienes lo dicho, Taaffeíta? Ya no tengo espacios libres en mi corazón para gemas que pueda considerar hermana, y ahora incitas a que confunda a esta gema inocente con una antigua y destruida. Deberías dejar las memorias de las que quieres en paz.
>Fue extrañamente directa. Obsidiana se comportaba como una elegante gema mayor, pero poseía un filo en sus palabras similar al que poseía Padparadscha en su tiempo. Intenta colocarte en un dilema, pero solo a ti, pues parece que Amatista se perdió fácilmente entre palabras. Reaccionaba, sin embargo, a las palabras de hermana y pérdida, acercandose y alejandose algunos centímetros. Cuando ha terminado de rechazar a Amatista, Obsidiana extiende sus brazos de oro a vista de ambas. Amatista que encuentra colores y formas en la naturaleza, apenas puede reaccionar a lo que, a sus ojos, debería ser un sol en medio de lo oscuro de la noche. Obsidiana aprovecha esta confusión para atraparla.
(Amatista) ¿...? Son brazos de sol, brillan como el sol. Negra, eres una gema oscura, negra. No es normal, no parece normal…
(Obsidiana) ¡Ven aquí! ¿No querías darme un abrazo hace un instante? Si te quedas quieta no sufrirás ningún daño. Pero, si te atreves a gritar, entonces te devolveré con Tara.
(Amatista) ¡...!
>Extendiendo los cabellos de Amatista con sus 6 brazos, Obsidiana comenzó a reformar sus brazos para crear las tijeras lo suficientemente afiladas para romperla. Los mechones de cabello de Amatista no son tan gruesos como lo son normalmente los de las gemas, sino que son tan finos que incluso a Amatista le toma trabajo juntar los suficientes para hacer el corte menos doloroso. El sonido de inclusiones que surgió luego de que Obsidiana destruyera el cabello de Amatista fue agudo, demasiado agudo, al punto que casi pudiste sentir parte de tu material superficial resquebrajándose. Para una gema como Amatista, que apenas se acostumbra a caminar el impacto es mucho más grande. Se queda pasmada, con la boca abierta mientras Obsidiana aprovecha para terminar el trabajo. Lo que hizo Obsidiana parecía sumamente cruel, pero en cuanto ella tuvo oportunidad, la acogió en la manta dorada de sus brazos, literalmente creando una superficie para ello. Mientras cubría las caras sensibles de Amatista, Obsidiana se quejó contigo.
(Obsidiana) Está bien, tú ganas, Taaffeíta. Estoy atrapada en esta isla, y es exactamente porque poseo un corazón que me es imposible no establecer vínculos. No tengo de otra que querer a gemas tontas como Amatista. Una forma de protegerla es ayudar a las gemas de combate con aleaciones, ¿verdad?. Sí, estoy segura de que esa es mi posición según ustedes, veteranas. No quieren que gemas extranjeras se inmiscuyan en sus conflictos, no por ahora. ¡Pero no pueden tener reuniones secretas sin que sienta un poco de curiosidad! Soy una gema intelectual, tengo mucho que aportar en ese tipo de charlas. Necesito tener la nariz metida en un tema interesante, de otra forma… Harás que me marchite…
(Amatista) ¿Ton-... ta?
(Rubí) ¡Otra vez fastidiando a las gemas nativas, Obsidiana! ¡Esta vez sí que te atrapé!
>La luz del amanecer mostró una sombra tan alargada que fue imposible no notarla, el brillo era fuerte y rojo, uno que habías visto hace muchas horas, incluso antes del inicio de la reunión. Rubí no tiene razones de peso para desvelarse, solo recibir a Amatista con extremo ánimo. Por su lado, la nueva gema parece estar mejor, tocando ella misma los bordes rotos de su cabello, ella reacciona a las palabras de Obsidiana a quien tiene más cerca. Rubí se interpone, para señalar a Obsidiana, pero en cuanto se da cuenta, ella gira y explica. Las palabras que ella utiliza podrían llegar a ser ofensivas contra la gema incorrecta. Tampoco pasa mucho hasta que Amatista se libera por sí sola de Obsidiana y se sienta de regreso en el suelo, señalando ella misma con la palma.
(Rubí) Uh, hola, Taaffeíta. Nativa es porque… ya sabes, siempre nos llaman extranjeras y tu eres nativa de esta isla. ¿O prefieres el término indigena? ¡No tienes porqué avergonzarte! Puedes decirlo con propiedad. “¡Soy una gema indigena, mi sociedad está subdesarrollada!”, así.
(Amatista) Tara me enseñó, yo aprendí de ella… Puedo aprender, aprender no es tonto. Enseñenme, por favor. Queridas hermanas.
(Rubí) ¡Pero que adorable! ¿Esta es la nueva gema? ¡Ja! ¿No te pasaste un poco con el cabello, Obsidiana? Andalucita y Rutilo se enfadarán contigo. No solo Taaffeíta que está enfadada porque te inmiscuyes en sus asuntos.
>Sin absoluto cuidado Rubí se acerca y toma de las mejillas a Amatista, estirandolas con su fuerza de corindón. Es gracias a que Obsidiana cortó el cabello de Amatista que sus inclusiones se encuentran lo suficientemente estimuladas como para seguir el ritmo de Rubí y estirarse antes que romperse. Pero cuando Rubí pasa a alborotar su cabello, ella se da cuenta de que el estilo de Obsidiana es terrible, le da su mala crítica. Ella mira al suelo, cubierto casi por completo del antiguo cabello de Amatista. Obsidiana niega con un rostro amargado. Y cruzándose de brazos, ella le da una advertencia a Amatista. Increíblemente, Rubí reacciona positivamente. Aunque sus palabras intentan ser exageradas, parecen tener un índice de sinceridad.
(Obsidiana) Mi intereses se encuentran en la isla, entonces me preocupo por la isla. Aunque me cueste la tranquilidad de alguien más. Escucha, Amatista, Rubí es una gema hundida en el libertinaje, ella no puede entender lo que es preocuparse por alguien más. No te relaciones con ella.
(Rubí) Es… ¡Totalmente cierto! Pero no creas que no me preocupo. Me importa mucho el resultado del asalto. ¡Aunque odie con todo mi corazón la guerra y el conflicto! Eso no significa que no esté enterada de lo que acontece. Es más… A decir verdad. Quisiera que los planes de nuestra Líder, Morado, fallen estrepitosamente. ¡Esa es la verdad! ¡Kjajajaja!