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Juzgando las formas de tu compañera Akane, adviertes a la peli rosada que cuide sus gestos, ya que ella esta comenzando a sospechar de si mismos. Observando un poco mas a la chica de la bufanda, es como si ella intentara huir, mas su afabilidad la obliga a permanecer en sitio, esperando una excusa para darse a la fuga.
Te acercas a la chica, informándole que debería pensar en algo antes de que huya; ustedes se alejan de Akane, quien esta a la expectativa, igualmente maquilando desde las sombras.
—Huh— la chica mastica, dando vueltas tus palabras. Voltea en dirección de la chica de la bufanda, hablándole. —Akane, hey, voy a ser honesta contigo… No quería decir esto— La peli rosada suspira de forma pesada, resignada, lista a decir lo que sabia… ¿o no?.
—Soy parte del consejo escolar. Si, siento mucho mi hermetismo, pero mi jefe, Raymond, es un poco muy perfeccionista para su bien. Le había dicho que se no se tomara en serio su rol, nadie del consejo lo hace, así que ahora estoy a cargo de buscar algunas cosas referentes al festival de mayo. —Sonríe, y sabes que lo que dice es mierda, pero su tierna construcción y ojos redondeados deben ser suficientes para ganarse la confianza de Akane. Y rezas para que sea si. —No debería decirte esto, pero no te confíes: detrás de ese rostro angelical hay un patético hombre que tomara la puerta “falsa” en cualquier instante.
La peli rosada se encogió de hombros y comenzó a caminar hacia dirección desconocida.
—Aun así, son las únicas personas que me pueden ayudar. Es mas, pueden darme ideas para el festival. ¿Qué te parece, Akane? ¿Hay algo que te guste y quieras que haga por ti?
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Ante la negativa de acceder, la chica se comienza a ver un poco cansada:
—Oh, ¡Vamos! —Exclamo, —Akane, estoy en un predicamento. Ya te dije que estoy rodeado de idiotas; Raymond no están eficiente como les ha hecho creer y no tenemos ideas para nuestro festival. ¿Qué se supone que debo hacer?
Continuas negándote, y comienzas a hablar con tus “padres” intentando safarte de ella o de tus compañeros, pero la chica de lentes te lanza una estocada un tanto difícil de esquivar.
—¿Qué? —la chica frunció el ceño en señal de extrañeza— ¿Te olvidas en donde estas? Aun con las clases terminadas, tienes que entrar a un club, estas literalmente obligada a quedarte aquí.
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Tus cosas terminaron arruinadas, pero terminas siendo desplazado por la discusión de la chica de lentes, quien, por alguna razón, tomo tu mano de manera inconsciente.
Mientras te tiene a su lado, comienza a discutir con Akane, quien quiere separarse de ustedes; La escuchas hablar, y sientes que sus palabras son falsas, mas no se rinde con la chica de la bufanda para ganarla.
Acabada la discusión, y sin esperar mucho de ella, comienza a caminar en dirección al club mitológico, sin soltarte.