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>Yukito
La mueca de satisfacción en su rostro parecía inmortal y marcada a fuego vivo, se movía por las calles de Tokyo bajo el caos de luces neon, iluminando sus zapatos deportivos reflejados por los charcos de agua en el asfalto, ojos cansados y una sonrisa ladeada decoraban su rostro pálido, todo rastro de moretones y labios rotos desaparecidos ante el paso del tiempo, al menos desde la última vez que participó en una pelea, callejera o en el ring, referí o no, se tocaba a si mismo casi desconociéndose un poco al revisar su propio reflejo.
("Oh vaya... Creo... Que estoy enamorado")
Una risa nasal se le escapó, a la par que entierra sus manos en los bolsillos de su chaqueta ya habiendo revisado su perfil desde varios ángulos. Habría llevado su cigarrillo una vez más a sus suaves labios mientras descansaba entre sus dedos, consumiéndose lento, dejando una estela de humo a su paso, antes de morder la base al ver una cara familiar a la distancia, a pocos metros de él y haciendo que su corazón se salte un latido. Luego de maldecir en silencio, no se lo pensó un segundo antes de girar hacia una boca de alcantarilla cerca de él, escondiendo el humo al igual que el cigarro con su esbelta figura, lanzando el objeto en un movimiento rápido, aplastándolo contra el bordillo con la punta del zapato, el humo disolviéndose en el aire acompañado de un siseo antes de girarse, pero ella ya estaba a unos pasos de distancia. Él sonrió, guardando apariencias, como si sólo estuviera de paseo bajo las luces de las calles sin pretensión alguna, incluso viendo la expresión atorrante e irritante en ese rostro estricto que no pegaba con su edad, bastaba verla a los ojos para saber que ella no merecía contaminarse de sus vicios.
>Kirishima Yuki
Una vena palpitó en su frente, su paciencia habiéndose gastado con las primeras palabras que intercambiaron, nuevo record.
>¿Te parece apropiado andar deambulando por la ciudad cuando deberías estar en clases?
>Faltas injustificadas. Reportes de apuestas clandestinas. Presencia no autorizada en un establecimiento para adultos
Su sonrisa ladeada no escondía la indiferencia, el pequeño silencio entre ambos mientras este buscaba en su bolsillo denotó esto perfectamente sin necesidad de expresarlo verbalmente
"Oi oi, no me digas eso Misaboke, ¿Que haces TÚ a esta hora fuera de la Academia, en un lugar tan sucio? ¿No deberías estar gritándole a los de primero por correr en el pasillo, o algo así?"
Respondió una voz ronca por el humo del tabaco, sacando de su bolsillo una paleta, arrancando el envoltorio de un mordisco y llevando el dulce a sus labios antes de volver a prestarle atención "No me fastidies, no he faltado tanto a clases para que me hagas una escena en medio de la vereda"
Lamía el dulce redondo de sabor cereza durante esta irritante intervención escolar, disfrutando de la esencia azucarada de la esfera rojiza en cada lamida y escondiendo el sabor a nicotina en su aliento, quizás sin ser suficiente para ocultar el haber estado fumando, pero al menos si para que Misaki pudiera gritarle sin lastimarse sus pulmones de princesa.
"¿Quién c*rajo es Kirishima Yuki?"
La mala pronunciación de su nombre casi lo saca de quicio, un vestigio de su viejo ego casi incendiando por completo su ser, pero su temperamento fiero fue templado enseguida por la molesta mirada de los extraños "Haz tu tarea mejor la próxima, Misaboke, mi nombre es Aikawa Yukito, futura estrella de--!..."
Se mordió la lengua al recordar el tiempo que ha pasado desde la última vez que se puso los guantes de boxeo, todo desde ¨ese¨ accidente, que le arrebató su espíritu. En su lugar frunció el ceño antes de morder la paleta en su boca, sus ojos igual de apagados que siempre
>¿Sabes cuántas reglas has violado solo en las últimas 24 horas? Te has convertido en una vergüenza para la institución que representas
>No me importa cuáles sean tus excusas. No me importa con quién tengas negocios. Eres estudiante de nuestra academia. Y mientras lleves ese uniforme, te vas a regir por nuestras normas. ¿Lo entiendes?
No frunció el ceño, pero su expresión era más intensa de lo que habría sido si lo hubiera hecho.
"Mira... Ya déjame en paz, Misaki, ni siquiera llevo el uniforme escolar puesto, nadie en este lado de la Ciudad siquiera sabe quien soy, ¿Que te importa a ti y a la Escuela lo que haga en mi tiempo libre?"
Fue lo primero que le aclaró "Vaya que son rápidos para hacerse ideas de sus alumnos y compañeros, al menos espera un par de semanas más antes de fruncir tu linda nariz en mi dirección"
Puede que no dimensionara si su Instituto era prestigioso o no, pero incluso si lo fuera, le daría igual, todas las personas en su antigua Escuela y Gimnasio jodían sobre lo bueno que era para el Boxeo, su porcentaje de victorias era del 100% en ese entonces, tiene medallas y reconocimientos tangibles esparcidos por su habitación, y las ofertas para Becas siempre eran algo que mencionaban. Su motivación principal, su mejor amigo, murió en una explosión, deshaciéndose entre el fuego y el humo, ni siquiera habían pasado 2 meses desde entonces, lo único que se ha dignado a hacer es jugar, apostar, y hacer algo de dinero para aportar algo en el hogar incluso si no era del todo virtuoso... Lo que la Escuela hiciera o dejara de hacer le traía sin cuidado alguno, evidenciado por como la estaba mirando.
"Mis notas son decentes, y mis faltas se pueden contar con los dedos de las manos, así que, ¿Qué tal si metes las narices en tus propios asuntos por hoy, Misaboke? Hay peores cosas que una--... Pff, ¿Como lo dijiste? ¨Presencia no autorizada en un establecimiento para adultos¨ o lo que sea, ¿Acaso nadie se suicidó esta semana?..."
>Esta es tu última advertencia. O vienes conmigo a la escuela ahora mismo para esclarecer esto--
"Te crees una Profesora, y es adorable, pero ha pasado un tiempo desde que estuve de buen humor, así que no me presiones Misaki, no soy uno de tus súbditos que te tratan como una Diosa"
Se frotó uno de sus ojos, ligeros circulos morados debajo de sus orbitas oculares, haciendo contraste con los dos brillantes zafiros que ostentaba detrás de los mechones blancos que cubren su rostro "Me gustaría ir contigo o lo que tu digas, pero un conocido mío me mandó un mensaje pidiéndome ayuda, y no es del tipo que haga algo así de la nada, por lo que debe ser algo grave... Puedes acompañarme y esperar a que acabe con eso, y luego iré a donde tu quieras, solo para que dejes de chillarme todos los días"
La ratona enfrente de él ha hecho por si sola que reconsiderara no faltar a clases solo para no tener que lidiar con ella, tenía que darle ese crédito al menos, pero Yukito tiene sus propios principios, y cuando alguien que lo trata bien le pedía ayuda, no hay una fuerza más imparable que Yukito en todo el planeta.
"¿Que te parece? Tu podrás dejar de acosar al hermoso plebeyo que odias hasta las entrañas, y yo dejaré de tener a la stalker más bonita pero insufrible del mundo, me parece justo para ambos"
Más ni siquiera esperó a que respondiera, la pasó de largo esperando que lo siguiera hacia el bar donde lo habían llamado, dejaba en ella aceptar el trato o simplemente irse.