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Pez: ¡Blarb!
Saltas con todas tus fuerzas y aterrizas con todo tu peso sobre la cabeza de un pezhombre...
Peces: ¡Blab, Blab!
... y luego otro... y otro... y otro más... Usando las cabezas de muchos peces como plataformas, en cuestión de segundos sobrepasas a Bagre Pez y a la mayoría de los peces formados frente a la nave.
Pez Pez:
¿Dijiste que viniste en camión? ¿Un camión interestelar o uno normal que te golpeó y te envió de crucero por las estrellas?
Bagre Pez:
¡BLEEEAAARGHB!
La sardina en sombrero habla, tan tranquila como siempre, entre tus dedos, solo su compañero del expuesto torso musculado se altera cuando le arrebatas al pececito del hombro. El pez naranja, hecho una fiera, te persigue, su navaja cortando cabezas de pescado para apartarlos del camino en un esfuerzo inútil por llegar hacia ti, simplemente eres más rápida, incluso en la atmósfera lunar con su gravedad tan peculiar que hace todos tus movimientos unas dos veces más lentos de lo normal y convierten la persecución en una payasada a cámara lenta, similar a dos viejitos tratando de correr bajo el agua, muy apropiado, dada la cantidad de peces en el área.
Pez Pez:
Oooh. ¿O es un eufemismo para decir que moriste y el espacio es donde todos vamos cuando morimos? Interesante, cuéntame más.
La aceitosa sardina se resbala de entre tus dedos y se desliza hasta tu hombro derecho, decidiendo, por su propio poder y sin hacerte preguntas, reclamarlo como su nuevo lugar de residencia. Tomando completa ventaja de su elevada posición para más fácilmente romperte los oídos a base de cháchara, el pez parlante deja fluir cuanta barbaridad, conjetura, hipótesis, suposición, teoría y niñería que se le ocurre referente a tu llegada a la luna, sin filtro y sin pausa, haciendo de tu carrera a la entrada de la nave un incordio cuasieterno. Eventualmente tus pies aterrizan sobre algo que no es una cabeza de pez, el primer escalón de la nave.
Peces: ¡Blllb!
El grito ahogado
jej de tres peces aplastados entre el techo y las escaleras que se recogen automáticamente tras tuyo son toda la bienvenida que recibes a la nave, más grande por dentro que por fuera pero igual de blanca, esférica y austera. Pisos blancos planos, paredes blancas curvas sin decoración alguna, y un techo compuesto de paneles, circuitos y luces parpadeantes, nada que ver por dentro aparte de muchos peces en ponchos deambulando sin dirección y un maniquí raro monocromático de ojos bizcos tocando el piano frente a una ventana enorme que nunca llegaste a ver desde afuera.
Maniquí:
,,,~,,, https://www.youtube.com/watch?v=ea2WoUtbzuw ,,,~,,,
La pieza que toca el maniquí es, obviamente, claro de luna, porque por supuesto.
Mientras registras los alrededores con la vista, sientes como un peso es levantado de tu hombro. Cuando te giras, PP está otra vez montado sobre un BP muy enojado, lleno de sudor, sangre y aceite.
Pez Pez:
Gracias por el viaje, niñita, pero tus hombros son muy pequeños, no hay mucho donde pararse.
Bagre Pez:
¡Blargh!
El pezhombre mayor, más hombre que pez, limpia su navaja ensangrentada de su pantalón negro, ensuciándolo más de lo que ya está. PP hace algo parecido con BP, deslizándose por todo su cuerpo cual pingüino, burlando las leyes de gravedad para embarrarse él de la suciedad del anaranjado y dejarlo rechinando de limpio.
Los dos peces caminan por un lado tuyo (bueno, BP camina y PP se sienta para dejar que lo lleve) hasta uno de los agujeros rectangulares sin puerta del fondo. Como en el espacio no existe la privacidad, ya desde donde estás parada puedes observar cómo el pez más grande coloca el maletín del más pequeño sobre la cama del camerino, lo cubre con las sábanas blancas, lo acomoda en su almohada y se sienta a su lado para leerle un cuento sacado de sus pantalones. A ambos lados del dormitorio de esos dos peces hay muchos exactamente iguales, ocupados y desocupados.
Otra habitación notable es una que tiene el piso completamente cubierto por pelotas de plástico de tantos colores como las paredes acolchadas. Muchos peces nadan en la piscina de pelotas, codeándose con el tiburón hinchable que flota en su superficie, chapoteando bolas con los chapuzones que se avientan desde las varias planchas para saltar que hay decenas de metros más arriba.
Después de mucho buscar y rebuscar con los ojos, notas en la pared algo como un reloj, un círculo colgado en la pared que tiene pequeñas líneas en los bordes apuntando a un círculo de menor tamaño en el centro, sin números, cristal ni manecillas.
Pez Pez:
Hm. 20 Días de viaje antes de llegar a Neptuno. Eso es un problema, tengo cita con el dentista este miércoles.
El pez suelta la lengua sin que se lo pidan, habiendo regresado de poner a dormir a su maletín.
Pez Pez:
Además que eso es demasiado tiempo. Me moriré de sed si no hago algo. ¡Oh, ya lo tengo!
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Baja sus ojos de pez del reloj para verte a ti, solo recientemente enterándose de tu presencia.
Pez Pez: Malas noticias, niña. Estaremos perdidos en el espacio por 2 años. Lo sé, es triste. Lloraría si pudiera. ¿No quieres llorar tú también? No me digas que esto no te hace llorar. ¿No tienes familia que te extrañe? ¿Amigos que te deban dinero? ¿Conciertos de música country que te vayas a perder? 2 Años es mucho tiempo. Si quieres llorar deberías hacerlo ahora. Yo estaré aquí para ti, te prestaré mi boca para que llores siempre que quieras. Vamos, suelta todo tu líquido, no te lo aguantes, que eso no es sano.
Anuncia sus intenciones sin anunciarlas, pidiendo tus lágrimas en su lengua, porque es un pez con lengua, y mucha sed.
Dos años para llegar a Neptuno... ¿y cuánto para llegar a la Tierra? ¿Cómo puede el pez saber eso solo con ver un círculo en la pared? Sea como es, tienes tiempo antes de regresar donde quieres ir, cómo invertirlo es cosa tuya, seguro encuentras una cantidad no escaza de actividades para pasar el rato, puedes dormir, por ejemplo... hablar con tus compañeros de viaje o con el conductor... nadar en la piscina de pelotas, llorar, volverte loca...
Juzgando por las estrellas que ves pasar por la ventana puedes decir que te estás moviendo, a pesar de que la nave no experimenta la más mínima turbulencia, así que la parte de que estás viajando a algún lado debe ser verdad, por lo menos.