Negros, ¿cómo lidian ustedes con el perro eterno de méxico? Yo soy tan delicado que no puedo concentrarme escuchando un perro ladrar, tengo que usar audífonos para disfrutar mis monas chinas. No puedo ni cocinar agusto escuchando a los perros del vecino. Verga, si hasta cuando uno va caminando en la calle nunca falta el maldito perro que te ladra y los dueños ni dicen nada, hasta dan ganas de insultarlos. Cuando un país esté lleno de perros ladrando por toda la cuadra, es porque no hay educación ni respeto. Ni hablar cuando ves un chingo de cagadas en la banqueta, es una señal que debes huir de ahí inmediatamente. Por eso México no progresa...