Antes de comenzar quiero hacer un descargo de responsabilidad:
Normalmente esto no tendría razón en un rol de monas chinas creado por un negro autista para otros autistas pero cuando se habla de religión es fácil tocar fibras sensibles, este rol no busca ofender las creencias de nadie pero dará un punto de vista, no nuevo, pero si a lo que no se acostumbra mientras se cuenta una historia de misterio y fantasía con ángeles, demonios y exorcistas con poderes en los años 1930 comenzando en Roma.
Si prefieres no leer nada que relacione y/o se pueda entender como un intento de tergiversar las creencias católicas ya que también se busca un debate entre personajes, te invito a dar hide ya que se tocaran temas pesados y la escritura será densa.
Cristo en el centro:
También el demonio es una criatura de Dios. No se puede hablar de él y de los exorcismos sin definir, por lo menos en forma esquemática, algún concepto base sobre el plan de Dios en la creación. No diremos ciertamente nada nuevo, pero quizás abriremos nuevas perspectivas. Con mucha frecuencia nos hemos habituado a pensar en la creación de forma equivocada, dando por descontada esta falsa sucesión de los hechos: Se cree que un buen día, Dios creó a los ángeles; Los sometió a una prueba, no se sabe cuál, y como resultado de la misma, nació la división entre ángeles y demonios; Los ángeles fueron premiados con el paraíso, los demonios castigados con el infierno. Después, se cree que otro buen día, Dios creó el universo, el reino mineral, vegetal y animal, y, finalmente, al hombre. Adán y Eva en el paraíso terrenal pecaron obedeciendo a Satanás y desobedeciendo a Dios. En este punto, para salvar a la humanidad, Dios pensó enviar a su Hijo. No es ésta la enseñanza de la Biblia ni la de los Padres. Con una concepción semejante el mundo angélico y lo creado parecen extraños al misterio de Cristo. Léase en cambio el prólogo al Evangelio de Juan y léanse los dos himnos cristológicos que abren las Cartas a los efesios y a los colosenses. Cristo es el primogénito de todas las criaturas; todo ha sido hecho por El y para El. No tienen ningún sentido las discusiones teológicas en que se pregunta si Cristo habría venido sin el pecado de Adán. Es El el centro de lo creado, el que recapitula en sí mismo todas las criaturas: las celestes y las terrestres. En cambio es verdadero afirmar que, dada la culpa de nuestros progenitores, la venida de Cristo asumió un papel particular: Vino como salvador. Y el centro de su acción está contenido en el misterio pascual: Por medio de la sangre de su Cruz reconcilia con Dios todas las cosas, en los cielos y sobre la tierra. De este enfoque cristocéntrico depende el papel de cada criatura. No podemos omitir una reflexión respecto a María Virgen. Si la criatura primogénita es el Verbo encarnado, no podía faltar en el pensamiento divino, antes de toda otra criatura, la figura de aquella en quien se habría de realizar tal encarnación. De allí su relación única con la Santísima Trinidad, hasta el punto de ser llamada, ya en el siglo segundo, "Cuarto elemento de la Tetrada divina".
Satán en el centro:
Ciertamente un exorcista como el Padre Cándido, acostumbrado durante 36 años a hablar con los demonios, y con una profunda y segura base teológica y escriturística, está muy capacitado para lanzar hipótesis sobre temas acerca de los cuales la teología en el pasado ha preferido decir "no sabemos", como el pecado de los ángeles rebeldes. Sin embargo, todo lo que Dios creó sigue un designio unitario en virtud del cual cada parte influye sobre el todo y cada sombra tiene una repercusión de oscuridad sobre todo el resto. La teología siempre será manca, incomprensible, mientras no se dedique a iluminar todo lo que se refiere al mundo angélico. Una cristología que ignora a Satanás es raquítica y no podrá comprender el alcance de la redención. La Escritura nos habla del Reino de Dios, pero también del reino de Satanás; nos habla del poder de Dios, único creador y señor del universo; pero nos habla también del poder de las tinieblas; nos habla de hijos de Dios y de hijos del Diablo. Es imposible comprender la obra redentora de Cristo sin tener en cuenta la obra disgregadora de Satanás. Satanás era la criatura más perfecta salida de las manos de Dios, dotado de una reconocida autoridad y superioridad sobre los otros ángeles y, creía él, sobre todo cuanto Dios iba creando, que él intentaba comprender, pero que en realidad no comprendía. Todo el plan unitario de la creación estaba orientado a Cristo: hasta la aparición de Jesús en el mundo no podía revelarse en su claridad. De aquí la rebelión de Satanás, por querer seguir siendo el primero absoluto, el centro de la creación, aun en oposición al designio que Dios estaba llevando a cabo. De ahí su esfuerzo por dominar en el mundo y esclavizar al hombre, desde los progenitores, haciéndolo obediente a sí mismo en oposición a las órdenes de Dios: Tuvo éxito con los progenitores, Adán y Eva, y esperaba tenerlo también con todos los demás hombres, con la ayuda de "un tercio de los ángeles" que, según el apocalipsis, lo siguió en su rebelión contra Dios.
El P. (Padre) Allen no se sentía muy bien luego del exorcismo del niño Roland, hubo mucho debate en cuanto a quien apoyaría en el próximo exorcismo pero el P. (Padre) Gabriele decidió que sería alguien sin experiencia ya que siempre es bueno educar a los jóvenes.
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Nombre del personaje.
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Estamos en Roma, tu personaje puede ser de cualquier parte del mundo.
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