Rend Rupture Replica
El primer Gran Colapso. Hace 7 años, en el centro de la ciudad de Nueva York se abrió un portal que conecta con otro mundo, el reino del Más Allá. Tras un intenso destello la ciudad se vio envuelta en tinieblas. En una noche, Nueva York fue engullida, destruida y reconstruida por efecto de la catastrófica conexión con el otro mundo.
Desde aquel otro mundo surgieron los seres del Más Allá, másallíneos, criaturas en su mayoría de origen indescriptible y de apariencia aberrante. Una masiva cantidad de ellos incursionaron en la recién tomada Nueva York, muchos másallíneos transformaron la ciudad a su voluntad, otros obedecieron a su naturaleza disforme y generaron violencia, y finalmente una gran cantidad sobrevivió al estado caótico que fue la Parcela de Jerusalem.
Parcela de Jerusalem fue el nombre que recibió la ciudad de Nueva York, ello una vez la niebla del portal se vio contenida en una barrera. Aquella limitante nació del propio portal y contenía la expansión del otro mundo sobre la tierra. Fue en este entorno que día tras día surgieron del contacto entre los mundos los recién concebidos demonios, un tipo de existencia todopoderosa y sensible que, tras agruparse, se dieron a conocer como los Trece Reyes. Así durante dos meses, por acción de los autoproclamados gobernantes y por la protección activa de una enorme maldición divina con forma de entidad marítima, el gobierno Americano perdió control sobre una de sus ciudades más importantes.
Semidioses, seres poderosos nacientes del portal del Más Allá, presionaron desde el interior y el exterior de la barrera para crear una abertura de diálogo en la Parcela de Jerusalem. Poco después de aquellos dos meses de incertidumbre que rodeaba a toda Nueva York, se llevó a cabo un contacto oficial entre la Nación Estadounidense y el Reino Abstracto del Más Allá, una conciliación. Bajo el tratado Chrysler-Galadona, se resolvió el conflicto con las fuerzas de lo incomprensible, se desestimó la soberanía de los Trece Reyes, se creó el estado compartido de Nueva Jerusalem y se sentaron las bases para la convivencia másallínea y humana. La barrera se disolvió formando un vórtice de niebla amalgama, así el nombre de Nueva Jerusalem nació.
La ciudad de Nueva Jerusalem se originó como una combinación de características entre el mundo humano y el Más Allá. La mitad de los humanos engullidos por el portal reaparecieron maravillosamente en la nueva urbe, mientras que la otra mitad aparecería periódicamente 3 años después. Los seres del Más Allá asimilaron la forma humana de vivir en la ciudad como una regla para asegurar su estancia. De esa manera se generó una extraña cotidianidad que involucraba humanos y monstruos más allá de la comprensión. Al integrarse en la nueva nación, eventualmente los másallíneos ganaron derechos de ciudadanía y una reputación medianamente decente.
Cada día, y en cooperación con los nuevos y abstractos seres inteligentes, el mundo humano se fue recuperando de aquel gran desequilibrio. Aunque al interior de Nueva Jerusalem, las fuerzas de lo caótico y lo absurdo permaneció vigente atacando a la ciudad de formas inesperadas y desesperantes. Aún así, entidades del mundo esotérico humano como la Liga Espiritual y otras organizaciones lograron mantener a raya la locura del otro mundo y brindaron estabilidad a la fantástica y grotesca ciudad durante tres años. Ello hasta que tras una sucesión de eventos desafortunados, como un factor amenazante arcano, una sobrecarga de esfuerzo sobre la esperanza humana, la liberación de distintos poderes incognoscibles del Más Allá y una sed de autodescubrimiento demoníaco, se gestó casi por puro azar un masivo y catastrófico segundo Gran Colapso.
El segundo Gran Colapso. Hace 4 años, al sur de la isla de Manhattan, en la isla artificial Pandora, conocida por ser la base de la prisión Asylum Pandorum, se abrió un portal hacia una nueva dimensión. Distinta al Más Allá y el mundo humano en su totalidad, la dimensión con la que se hizo contacto fue tal grado de incompatible que, una millonésima de segundo luego de establecida la conexión hacia el otro mundo, el portal se cerró desplegando una carga energética tan potente que desestabilizó la infraestructura mística de Nueva Jerusalem.
Capaz de prever el futuro, la maldición invisible al borde de la ciudad, enigma de alto grado del Más Allá, usó la fuerza de un contrato divino para mantener a raya la deformación inminente, pero no fue suficiente. Durante 20 segundos la ciudad se vió envuelta en una completa calma, hasta que en un instante, toda Nueva Jerusalem se dividió en dos. Cada parte de Nueva Jerusalem se replicó de inmediato dando así la visión de dos ciudades paralelas, vistas como a través del borde de un espejo. Aquel escenario se presenció solo unos segundos hasta que la ciudad sufrió el mismo fenómeno de partición una y otra vez, durante intervalos cada vez más pequeños de tiempo. De forma exponencial, un caos fractálico se apoderó de la ciudad duplicando dimensiones, dividiendo tiempo y rozando los límites abstractos de lo permisible en la realidad.
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