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La menta ayudaba bastante a poder refrescar tu boca después de quién sabe cuánto tiempo sin que hubiera algo dentro de ella, y ayudaba bastante también a quitar también esa desagradable sensación de únicamente aire y saliva que normalmente tenías, después de haberte recién despertado. Unas 4 tabletas aproximadamente quedaban aún, lo cual significaba que estarías un largo rato con la boca con buen olor, hasta que pudieras lavarte los dientes.
Haciendo un pequeño examen a la linterna de mano, tras un rápido encendido y apagado, afortunadamente está reaccionaba sumamente bien, no tenía ningún tipo de daño alguno, o corto por algún lugar, pues, más bien alumbraba como si sus baterías estuvieran recién cargadas, y, en aquella pequeña prueba de fiabilidad, conseguías tener una mejor vista del sitio donde te encontrabas (pic). El techo, si bien estaba, casi daba la sensación de que había Sido mandado por los aires, o que incluso algo pesado había caído desde el mismo, pues nada más que un abismo negro, el cual no conseguía iluminar por completo tu linterna, se podía observar cuando volteabas tu mirada hacia los cielos. No había rastro alguno de astilla, o madera rota, sin embargo, todo estaba, a excepción de lo obvio, en relativas buenas condiciones... Si no fuera por aquella enorme mancha, o abismo negro en el techo, casi parecería que el techo estuviera completamente normal, más allá de tener que darle una buena limpieza debido al incipiente moho que se iba cada vez más apoderando de el.
La claridad de las ventanas te ayudaba a visualizar, más aún a pesar de esto, tenías que encender la linterna para poder atravesar el umbral de la puerta y poder continuar con tu camino. El crujido de la puerta retumbaba por toda la casa, y era tal que, por unos breves segundos, parecía que los remaches terminarían cediendo, debido al escándalo que está puerta causaba, y, en una inspección rápida pero más cercana, por el óxido con el cual las bisagras y los remaches de las puertas se habían infectado, muy al contrario de la perilla, que estaba prácticamente nueva, recién limpiada incluso.
Frente a ti, se abría un pequeño corredor que daba en 2 direcciones: Derecha e izquierda, siendo hacia esta última, la puerta de salida de la casa, tras atravesar un pequeño umbral dónde una mesita de te se encontraba, y dónde un pequeño teléfono de disco descansaba. A su vez, siguiendo esta misma ruta, se encontraba una escalera que daba hacia el piso de arriba, y por la cual, habían un par de juguetes infantiles tirados en el suelo: Autos de juguete, un camioncito de plástico, e incluso figuritas de soldados de plástico tras una guerra imaginaria.
Hacia la derecha, sin embargo, el pasillo continuaba hacia otra puerta que, al contrario de la visión de las ventanas, era mucho más clara, y daba hacia lo que parecía ser el patio trasero de la casa, contando a su vez con los cristales de aquel vidrio también rotos, al igual que una alfombra desgarbada tirada en el suelo, seguramente por alguna salida apurada en dónde algún desafortunado se la termino llevando y tropezando con ella. Unas cuantas fotos adornaban aquel pasillo, más sin embargo, todos los rostros a los pertenecientes estaban arrancados, y cualquier forma posible de visualizar de quién se trataba, habia Sido vandalizada, quedando solo siluetas de figuras de un hombre, una mujer, y un niño o niña.
Completo silencio se apoderaba de aquella casa, solamente roto por tus pasos, el crujir de la madera al abrir alguna puerta, y el incesante aullido del viento retumbando contra los cimientos y cristales de aquel abandonado hogar.